Tal día como hoy 18 de octubre de 1967, por primera vez en la historia, la nave espacial soviética "Venera 4" entra en la densa atmósfera de Venus e inmediatamente comienza a retransmitir a la Tierra información, acerca de los gases que componen la atmósfera venusina, así como lecturas de temperatura y presión.
Aunque la nave está equipada para realizar un aterrizaje suave, y comunicarse con la Tierra incluso sumergida en los océanos que se sospecha pueden existir en el planeta, el contacto se pierde 94 minutos después de que la sonda haya entrado en la atmósfera, cuando aún se encuentra a unos 25 km por encima de la superficie.
La misión principal de la Venera 4 era el estudio directo de la atmósfera venusiana y formaba parte del Programa Venera soviético.
El módulo principal incluía entre otros: un magnetómetro, detectores de rayos cósmicos e indicadores de hidrógeno y oxígeno y la cápsula contaba con un sistema de paracaídas que se activó tras entrar en la atmósfera de Venus. La Venera 4 fue la primera sonda en realizar con éxito el análisis del ambiente atmosférico de otro planeta y fue también la primera, en posarse en otro planeta.
Venera 4 realizó el primer análisis químico de la atmósfera venusiana, mostrando que Venus tiene principalmente dióxido de carbono con un pequeño porcentaje de nitrógeno y menos de un 1% de oxígeno y vapor de agua y envió las primeras mediciones térmicas directas demostrando que Venus tenía una temperatura extremadamente alta y que la atmósfera era mucho más densa de lo que se esperaba.
A pesar de todo, las señales de radio enviadas confirmarán que es muy poco probable, por no decir imposible, la existencia de vida en el planeta.
El planeta Venus, es la estrella más visible del cielo nocturno y la única que suele verse en las ciudades, ciegas por la contaminación lumínica, hasta tal punto que quizás muchos niños urbanos, piensen que en el cielo sólo hay una estrella.
Es la primera en aparecer cuando atardece, y la última en irse cuando amanece y por eso los romanos pensaban que eran dos: la de la tarde, Hésperus; y la del alba, Lucifer: el portador de la luz.
Desde siempre, fue vinculada a las deidades femeninas del amor, el sexo, la fertilidad y las enfermedades venéreas. En la cultura judeocristiana posterior, Lucifer es el demonio. El Islam, en cambio, la adoptó muchas veces como parte de su enseña, junto a la media luna, tal y como se ven en el cielo.
Venus, el segundo planeta de nuestro sistema solar, pese a su color azul brillante, es un infierno de gases ardientes y plomo fundido.
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