Tal día como hoy 3 de octubre de 1935, tropas italianas dirigidas por el general Emilio De Bono, con órdenes del dictador fascista Benito Mussolini, invaden Abisinia -actual Etiopía -, con la esperanza de construir un nuevo y floreciente "Imperio Romano"
Las pretensiones italianas en Etiopía tienen su antecedente a finales del siglo XIX, cuando el ejército expedicionario italiano, fue derrotado cerca de la localidad de Adua, causándole más de 5000 muertos, y se logró frenar, temporalmente, las pretensiones italianas desde Somalía, pero desde ese instante, los italianos no olvidaron esa derrota, y buscarían venganza.
Al llegar Mussolini al poder en 1922, se aceleraron los planes de invasión. Quería presentar a Italia como un país civilizador frente a un país en plena “edad media”, pero antes de realizar algún movimiento, debía lograr la neutralidad de otras potencias coloniales. Primero se logró la neutralidad de Francia, pero no así con los ingleses.
Nadie estaba dispuesto a entrar en una guerra para defender los derechos de “los herederos del rey Salomón” y el 2 de Octubre de 1935 Mussolini anunciaba desde el balcón principal del Pallazzo Venecia, la invasión de Etiopía, que comenzaría el día siguiente.
El Emperador etíope contaba con su Guardia real, de unos 4000 hombres, una compañía de ametralladoras, otra de morteros y diversas unidades de caballería y la aviación contaba con apenas 13 anticuados aparatos, que fueron rápidamente eliminados por la aviación italiana, pero a pesar de todo, los etíopes demostraron valentía y conocimiento del terreno
Por su parte los italianos eran una potencia militar. Contaban con fusiles modernos, morteros y carros medios blindados, los cuales, aunque eran obsoletos comparados con el material de otros ejércitos europeos, pero para enfrentar a Etiopía eran más que suficientes.
Además tenían a los askaris eitreos, tropas indígenas que luchaban junto a los italianos, y que solían usarse como punta de lanza, con todo lo cual, reunieron en la frontera más de 200.000 hombres, unas 800 piezas de artillería, 300 aviones y 200 blindados. Las tropas estaban al mando del general Emilio de Bono, que sería complementado con la otra línea de ataque al mando del general Rodolfo Graziani.
Durante los primeros días los italianos avanzaron sin dificultades y ocuparon la emblemática ciudad de Adua al tercer día de marcha, con la consiguiente celebración de la prensa italiana. Mussolini decidió luego relevar a De Bono, quien fue sustituido por Pietro Badoglio.
De poco sirvió la valentía de los etíopes, ante la superioridad y mejor organización de las tropas de Badoglio y las tropas etíopes fueron derrotadas en Maychew, dejando abierto el camino a la capital.
Hailé Selassié huyó a Inglaterra, no sin antes quejarse en ginebra ante la Sociedad de Naciones, por la pasividad de los gobiernos ante la agresión a su país. En 1940 volvería de nuevo a su país, gracias a la ayuda de los británicos.
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