Tal día como hoy 29 de octubre de 1922 en Italia, un día después de que los fascistas realizaran la denominada marcha sobre Roma, el rey Víctor Manuel III encarga a Mussolini la formación de un nuevo gobierno y le nombra presidente del Consejo de Ministros, equivalente a primer ministro.
En 1925, el Duce, título adoptado por Mussolini en 1924 que significa "jefe", habrá transformado el país en un régimen totalitario de partido único basado en el poder del Gran Consejo Fascista, respaldado por las "Milicias Voluntarias para la Seguridad Nacional", bandas armadas irregulares de Camisas Negras que se legalizarán, oficializando una dictadura del terror, logrando que una violencia, calculadamente desatada, se apodere de las calles, combinando el uso de la fuerza policial equipada y adiestrada, con el de la violencia callejera aparentemente espontánea
Mayoritariamente la población italiana fue favorable a la Marcha sobre Roma y al nombramiento de Mussolini como Jefe de Gobierno. El caos, las revueltas y la miseria antes de la Revolución Fascista, hicieron que una gran parte de los italianos, desde obreros a campesinos, empresarios e industriales, vieran con buenos ojos el Gobierno al mando de Mussolini.
El 16 de noviembre de 1922, Mussolini tomó posesión del Gobierno ante la Cámara del Parlamento y prometió que aceptaba el juego limpio y la democracia, declarando que no deseaba derrocar a los opositores políticos. Las decisiones, tanto del Parlamento como del Senado, le otorgaron plenos poderes el 3 de Diciembre de 1922.
Una de las primeras reformas de Mussolini fue la de intentar introducir una serie de cuadros estatales que integraran al Partido Nacional Fascista dentro del propio Estado. El objetivo, era crear a largo plazo un Gran Consejo Fascista que sustituyera al Parlamento, para tomar exclusivamente los fascistas las decisiones.
Una de las mayores novedades, fue la reforma sindical y para ello se fundaron las Corporaciones Fascistas. Se trataba de un sindicato que integraba a las corporaciones de los empresarios y a la representación sindical de los obreros y empleados.
Si en algo tuvo éxito el fascismo fue en la economía, la cual mejoró con una notable recuperación que saneó bastante la crisis a la que estaba sometida toda la nación. Entre las medidas del Gobierno destacó el papel en la venta de productos italianos, gracias en parte a la baja cotización de la lira y la economía italiana se alzó notablemente.
El 6 de Abril de 1924, fueron convocadas nuevas elecciones y antes de acudir a las urnas los Camisas Negras y la Milicia Fascista asaltaron las sedes de formaciones políticas de izquierda, y diversos lugares de reunión con agresiones físicas, destrucciones materiales, boicots a mítines e incluso víctimas mortales. Sin embargo la jornada electoral transcurrió con normalidad y la oposición fue derrotada, siendo la primera vez que el fascismo ganaba una elecciones, y con una amplia mayoría.
Tras el resultado electoral el secretario general del Partido Socialista Italiano, Giacomo Matteoti, denunció al Gobierno de Mussolini de haber ganado las elecciones ilegalmente. Inesperadamente, el 10 de Junio de 1924, Matteoti fue secuestrado y asesinado por un grupo de fascistas que actuaban independientemente, sin que Mussolini ni el Partido Fascista tuvieron nada que ver con ello.
El Partido Socialista Italiano, pidió justicia al Rey, pero Víctor Manuel III solamente ordenó la destitución y detención de algunos pocos miembros del Partido Nacional Fascista.
Una de las medidas para calmar los ánimos, fue realizar una reconversión en el Estado, con lo cual Mussolini quería dar imagen de moderación, sin embargo sus propios hombres que se habían jugado las vidas en las calles durante años, no estaban dispuestos a hacer concesiones y la división dentro del fascismo entre moderados encabezados por Mussolini y los radicales por los Camisas Negras, se hizo patente.
Ante la deriva de los acontecimientos, a Mussolini no le quedó más remedio que abolir una serie de libertades, entre ellas la de prensa. La respuestas de los socialistas fueron violentísimas, con el asesinato de un diputado fascista el 12 de septiembre y el mismo Mussolini fue objeto también de un atentado, saliendo ileso. Aquellas agresiones provocaron la ira de las Escuadras Fascistas que también se sumaron a las peleas callejeras.
Descontentos porque Mussolini intentaba llegar a un acuerdo con todas las fuerzas políticas, hubo en Florencia un pronunciamiento de 33 cónsules fascistas, que plantearon un ultimátum a Mussolini amenazándole de que si no se hacía con el poder, las escuadras fascistas se levantarían en una violenta insurrección a nivel nacional.
Cuando el 3 de Enero de 1925, la Cámara Parlamentaria pidió la dimisión del Gobierno de Mussolini, este hizo callar a los diputados y asumió el poder total, autoproclamándose “Duce” de Italia.
Finalmente, la monarquía constitucional fue desmantelada a manos del Partido Nacional Fascista y todos los grupos políticos fueron prohibidos, siendo encarcelados los que se opusieron; la libertad de prensa y opinión fue censurada y así finalizó la construcción del primer Estado Fascista de la Historia.
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