Tal día como hoy, 19 de noviembre de 1957, el gimnasta español Joaquín Blume, se proclama campeón de Europa en París, supera al soviético Yuri Titov. Gana en anillas, caballo con arcos y paralelas, y queda segundo en las restantes.
Nació en Barcelona, hijo de un profesor de gimnasia de origen alemán, Armando Blume Schmädecke, y de Mari Paz Carreras. Emigró a Alemania con su familia, durante la guerra civil española. Allí pasó los primeros años de su vida. Cuando terminó la contienda en España, regresó a Barcelona.
A su regreso a Barcelona, Joaquín ingresó en la Escuela de Alemania de gimnasia deportiva, en la que su padre impartía clases y después en el gimnasio, propiedad de su padre en la calle de Padua. No tardó en revelarse como un gimnasta, de excepcional calidad.
En 1949 se proclamó campeón de España absoluto, título que retuvo durante diez años consecutivos. Debutó en los Juegos Olímpicos de Helsinki, en 1952, y ocupó el puesto 56. Tenía solo 19 años.
Su progresión empezó a ser imparable: quedó en el puesto 44 en el Mundial de Roma de 1954, y un año después, en la Copa de Europa, fue décimo. En el año 1956 partía entre los favoritos para los Juegos de Melbourne, pero España se negó a acudir como protesta por la presencia de la URSS, que había invadido Hungría.
Blume pensó entonces en nacionalizarse alemán, para poder participar en la competición, pero le convenció para que no lo hiciera Juan Antonio Samaranch, por entonces delegado en Cataluña, de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes.
Un año después, en el Campeonato de Europa disputado en París -por entonces los campeonatos de Europa tenían valor mundial - dado el dominio de los países del bloque del Este-, Blume ganó el concurso general individual, además de tres aparatos: paralelas, caballo y anillas.
En esta última disciplina, alcanzó tal perfección en la ejecución del Cristo -consistente en permanecer estático con los brazos en cruz-, que Blume ha pasado a la historia, como su inventor.
Murió en 1959, cuando el avión en el que viajaba, sufrió un accidente en el término municipal de Huerta del Marquesado, pueblo situado en la cordillera de la Serranía de Cuenca.
Además de Blume también murieron su mujer, María José Bonet, y los demás miembros del equipo español. El vuelo 42 de Iberia, un DC-3, se estrelló sin dejar supervivientes.
El DC-3 restaurado que se exhibe en el Museo de la Aviación de Málaga, lleva precisamente la matrícula EC-ABC, que corresponde al vuelo en el que perdió la vida Blume. Su cuerpo y el de su mujer, reposan en el Cementerio de Montjuic.
Triste historia,para una persona que marcó unito en el deporte.
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