Tal día como hoy, 13 de noviembre de 1947, en la Unión Soviética se completa el desarrollo del AK-47, uno de los primeros rifles de asalto.
El AK-47 se ideó en la cama de un hospital. El ingeniero y entonces sargento soviético, Mijaíl Kaláshnikov, su diseñador, había sido herido en 1941 en la batalla de Briansk, durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras se recuperaba, estaba hablando con otros soldados heridos, que las armas del Ejército no funcionaban bien; se encasquillaban y oxidaban con facilidad. Fue así como empezó a diseñar una nueva arma ,más eficaz y duradera.
Kaláshnikov, presentó un diseño de fusil de asalto al Ejército en 1943, pero este no lo aprobó. Se fijó entonces en el rifle alemán Sturmgewehr 44, el primer fusil de asalto selectivo de la Historia.
Cuatro años después, fabricó el Avtomat Kalashnikova o AK-47, hasta completarlo el 13 de noviembre. El fusil se convirtió, en el arma oficial del Ejército soviético, a partir de 1949. Entre otros reconocimientos, Kaláshnikov recibió el Premio de Stalin y la Orden de la Estrella Roja, y en 2017 se erigió una estatua en su nombre, en el centro de Moscú.
La Unión Soviética empezó a producir en masa, el primer AK-47 porque se dio cuenta de lo rentable que era. En comparación con los fusiles de asalto que ya existían, el AK-47 disparaba más tiros por minuto, soportaba el agua, el barro y la arena, tenía un bajo coste de producción, y era fácil de desmontar y de limpiar. Además, la propia fuerza que generaba al disparar, ayudaba a limpiar el rifle, lo que hacía que se encasquillase menos, que otros fusiles similares.
Las ventajas del AK-47 y sus versiones posteriores, hicieron que la URSS vendiese millones de unidades a sus aliados, durante la Guerra Fría. Es más, a partir de los años cincuenta, la URSS autorizó la producción de AK-47, a los países del Pacto de Varsovia.
El fusil, se convirtió en símbolo de las guerras de descolonización y de la insurrección popular, ya que estuvo presente en las guerrillas latinoamericanas, contra los Gobiernos dictatoriales, en los años sesenta y setenta, y en las guerras de liberación de Vietnam, Angola y Argelia, entre otras.
De hecho, el AK-47, aparece en la bandera nacional de Mozambique, porque fue clave para su independencia, y ha llegado también al escudo de la Guardia Revolucionaria iraní, o a la bandera de las FARC.
Al acabar la Guerra Fría y disolverse la URSS, la producción de AK-47 se descontroló. Moscú no había regulado el uso y fabricación, del fusil durante la Guerra Fría, pero al desaparecer en 1991, muchos países se lanzaron a producirlo ilegalmente.
Se estima que en la actualidad existen, más de 100 millones de ejemplares, repartidos por el mundo. De hecho, el AK-47 aparece en el Libro Guinness de los récords, como el arma más vendida y utilizada del mundo. Se usa en más de ochenta países, y se produce en diecisiete.
El problema de esta proliferación, es que ahora es más fácil y barato conseguir un AK-47. En algunas zonas de África, este fusil puede comprarse por veinte dólares. El resultado ha sido, que no solo los ejércitos convencionales lo emplean, sino también mafias, grupos terroristas, rebeldes o cárteles de la droga, lo que aumenta la violencia y las muertes de civiles.
La Asamblea General de la ONU, aprobó en 2013 el Tratado sobre el Comercio de Armas, que entró en vigor un año después. Este documento fue el primer tratado vinculante, respecto al comercio internacional de armas convencionales, y busca que los Estados no exporten armas a países que puedan utilizarlas en contra de sus obligaciones, de mantener la paz y la seguridad internacionales.
No obstante, solo 83 países lo han ratificado, y entre ellos no están, ni Estados Unidos, ni Rusia, ni China, tres de los principales exportadores de armas del mundo.
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