La expedición vikinga de 844, fue un ataque de los vikingos en la península ibérica, entonces gobernada por el reino de Asturias, y el emirato de Córdoba.
Los vikingos reconocieron Gijón, atacaron La Coruña, Lisboa y Cádiz y remontaron el río Guadalquivir, atacando Medina Sidonia, Sevilla y Córdoba. Abderramán II preparó un contingente para enfrentarlos, capitaneado por Musa ibn Musa al-Qasawi que los derrotó, casi totalmente.
LLegaron en 844 naves vikingas o normandas, procedentes de una incursión por el río Garona, fueron dispersadas por una tempestad, en dirección a la costa cantábrica y arribaron a Gijón, que reconocieron pero no atacaron, y siguieron en dirección a Galicia, donde fueron rechazados.
Las naves supervivientes pasaron por Lisboa, que saquearon durante 13 días entre agosto y septiembre, hasta que un ejército musulmán, se acercó para combatirlos.
Se desplazaron hacia el Algarve portugues y el golfo de Cádiz. Remontaron con sus naves el Guadalquivir, y el 25 de septiembre derrotaron a los cordobeses, en la batalla de Cabtal, saqueando las afueras de Isbiliya -Sevilla- mientras los ciudadanos, no presentaban batalla y huían a Carmona.
Los vikingos establecieron un fortín en Tablada, de donde se retiraron el 28 de septiembre, cuando llegaron 15 naves cordobesas.
Abderramán II, preparó un contingente para enfrentarse a los vikingos, que habían conquistado y saqueado Sevilla un mes antes, con la tropa de Sevilla, voluntarios de las marcas, y el ejército de las marcas, capitaneado por el eunuco Musa ibn Musa al-Qasi.
Los vikingos se dividieron en cuatro grupos: uno, de unos dos centenares, que atacó Morón; un segundo, que atacó Benilaiz; un tercero, que atacó Fuente de Cantos; y un cuarto, que lo hizo con Córdoba.
El grueso del ejército cordobés, de unos 16 000 hombres, destruyó el primer grupo en la batalla de Morón, y atacó el campamento de Tablada, con lo que los invasores sufrieron unas mil bajas, mientras otros cuatrocientos, fueron hechos prisioneros y ejecutados, y unas treinta naves fueron destruidas, siendo los rehenes retenidos por ellos, liberados.
Pero un grupo, al ver la caballería enemiga pudo huir entre Morón y Carmona, embarcando en las naves y finalmente, negociando liberar a los prisioneros que les quedaban y devolver el botín, a cambio de comida y ropas y una retirada por el río hasta la costa, donde permanecía parte de la expedición.
Continuaron su viaje por el Mediterráneo, atacando territorio bizantino hasta llegar a Alejandría, en un viaje de catorce años. Con el tiempo, el reducido número de supervivientes aprisionados en Andalucía, se convirtió al islamismo instalándose como granjeros, en la zona de Coria del Río, Carmona y Morón.
Abderramán II, reconstruyó las murallas y edificios de Sevilla, que habían quedado dañados por la incursión, e hizo construir naves en los astilleros de Cádiz, Cartagena y Tarragona para la defensa del litoral, y estableció, que en las capitanías habría correos a caballo, para poder transmitir con rapidez, las noticias de nuevos asaltos.
Se dieron nuevas incursiones vikingas, en los años 859, 966 y finalmente en 971, en el que la flota vikinga, fue totalmente aniquilada.
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