jueves, 21 de noviembre de 2024

La Bula papal que ordenó, la disolución de la Orden del Temple

Tal día como hoy, 22 de noviembre de 1307: el Papa Clemente V emite la bula papal "Pastoralis preeminentiae", que instruyó a todos los monarcas cristianos en Europa, para arrestar a los Templarios, presentes en su territorio y confiscar sus bienes.

La Bula “Pastoralis Praeeminentiae”, fue un instrumento de poder eclesiástico, que llevó a la disolución de la Orden del Temple. El preludio de esta trágica historia, se tejía en las deudas que Felipe IV de Francia mantenía con los templarios, quienes, como banqueros reales, habían acumulado poder y riqueza. El 13 de octubre de 1307, Felipe IV tomó acción, iniciando arrestos que culminaron, en la emisión de la mencionada bula por el Papa Clemente V.

La acusación de herejía, que pesaba sobre los templarios carecía de pruebas contundentes. Sin embargo, la codicia de Felipe IV por las posesiones de la orden, impulsó la persecución, llevando a la abolición de la Orden de los Templarios. Se les imputaron cargos de herejía, prácticas paganas, abandono de la fe cristiana y sodomía durante el proceso, de detención y juicio.

La Bula “Pastoralis Praeeminentiae”, desencadenó una persecución despiadada, que llevó a la detención y quema de numerosos templarios. Este acto marcó el fin de una orden, que había perdurado durante más de dos siglos, poniendo fin a su influencia militar y financiera, en la Europa medieval.

La fecha crítica, el 22 de noviembre de 1307, se convirtió en un hito en la historia de los templarios. Este día simboliza el comienzo de su caída, un punto de inflexión que dejó una marca indeleble, en la historia medieval europea.

El papa Clemente V, reservó para su propio arbitrio, la causa del gran maestre y de sus tres primeros dignatarios. Ellos habían confesado su culpabilidad y solo quedaba reconciliarlos con la Iglesia, una vez que atestiguasen su arrepentimiento, con la solemnidad acostumbrada.

Para dar más publicidad a esta solemnidad, se erigió una plataforma para la lectura de la sentencia, delante de la catedral Notre Dame de París. Pero, en el momento supremo, el gran maestre Jacques de Molay, recuperó su coraje y proclamó la inocencia de los templarios y la falsedad de su confesión, debida esta a las torturas sufridas, y a las presiones del rey.​

En reparación por este instante de debilidad, se declaró dispuesto a sacrificar su vida. Fue inmediatamente arrestado, como herético reincidente, junto a otro dignatario que eligió compartir su destino, y fue quemado junto a Godofredo de Charnay atados a una estaca frente a las puertas de Notre Dame el 18 de marzo de 1314.

Cuentan que ya en la hoguera, el Gran Maestre exclamó: “¡Pagarás por la sangre de los inocentes, Felipe, rey blasfemo! ¡Y tú, Clemente, traidor a tu Iglesia! ¡Dios vengará nuestra muerte, y ambos estaréis muertos antes de un año!”. Sea como fuera, ambos murieron antes de cumplirse el plazo.

La Bula “Pastoralis Praeeminentiae” y sus consecuencias, han legado un aura de misterio y tragedia a la Orden del Temple. A lo largo de los siglos, la persecución de los templarios, ha sido objeto de diversas interpretaciones y teorías, contribuyendo a su enigmática reputación en la historia. 

La sombra de esta trágica historia perdura, generando interrogantes sobre la verdadera naturaleza de los eventos, que llevaron al declive de una orden, que una vez fue tan influyente.

 

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