Tal día como hoy 22 de diciembre de 1889, durante su gira por Europa, Buffalo Bill actua en Barcelona con el circo en el que demostraba sus habilidades.
En las Navidades de 1889, el último mito del lejano oeste americano, el gran William “Buffalo Bill” Cody, valiente coronel e intrépido explorador, llegaba a Barcelona para exhibir las habilidades que le habían convertido en una leyenda.
William Frederick Cody, como se llamaba en realidad, había alcanzado su fama como explorador y soldado del ejército estadounidense, asegurando que el apodo de “Buffalo Bill” le venía porque siendo el encargado del avituallamiento de los obreros que construían el ferrocarril “Kansas Pacific Railway”, les había proporcionado en año y medio más de 4.000 búfalos para comer.
Fuese o no cierto, Bill supo sacar partido a esta fama de cazador de búfalos, luchador contra pieles rojas y vida de aventurero, que comenzó antes de cumplir 14 años, cuando se alistó en el ejército como explorador para guiar a los soldados en territorio indio.
Tenía 38 años cuando decidió fundar el espectáculo que le llevaría a recorrer durante 20 años toda Norteamérica y las principales capitales europeas, con una compañía de cientos de trabajadores entre los que figuraban terribles “cowboys” y “pieles rojas”.
Desde los rumores de su posible paso por España meses atrás, hasta la llegada al puerto de Barcelona el 21 de diciembre de 1889, cualquier detalle de la compañía de Buffalo Bill era digno de interés para los periódicos: el buque que les traería, los permisos del Ayuntamiento, sus enormes gastos en publicidad, la cabalgata que recorrería el centro de Barcelona...
A pesar del éxito alcanzado en Barcelona y en sus giras por Europa y América, en 1913 quebró la compañía, que fue liquidada con todas sus pertenencias a través de la subasta en Nueva York.
El coronel Cody asistió para ver por última vez a su caballo,“Isham” que había montado desde hacía 25 años y durante la subasta uno de los que pujaban dijo: “No puedo ofrecer más porque no tengo dinero. Pero si el que se quede con el caballo no lo devuelve al coronel Cody, yo se la robaré para entregárselo.”
Sin embargo el que lo compró tenía la misma intención y, al parecer, cuando Buffalo Bill se enteró de que el caballo volvía a su poder, rompió a llorar emocionado.
Cuatro años después - 10 de enero de 1917- lejos ya de la fama, el coronel Cody moría y la función se acababa de manera definitiva y para siempre.
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