Tal día como hoy 13 de diciembre de 1937,en el marco de la Guerra Chino-Japonesa, los japoneses ocupan Nankín y durante seis semanas los soldados japoneses asesinan a entre 250 000 y 500 000 personas civiles.
Se da el nombre de Masacre de Nankín a los crímenes cometidos por el Ejército Imperial de Japón en Nankín y sus alrededores tras la caída de la entonces capital de la República China frente a las tropas japonesas el 13 de diciembre de 1937.
Capturada Shanghái tras una durísima batalla en octubre de 1937, los japoneses se trasladaron hacia el norte y conquistaron Nankín, donde los comandantes del ejército nacionalista chino habían huido antes de la entrada de los nipones, dejando atrás a miles de soldados atrapados en la ciudad.
Muchos de ellos, se quitaron los uniformes y escaparon a la llamada Zona de Seguridad, preparada por y para los residentes extranjeros de Nankín. Lo que ocurrió después ha sido la base de una constante controversia histórica y tensión política entre China y Japón hasta hace pocos años.
Los crímenes de guerra cometidos durante este episodio incluyen el pillaje, la violación y la matanza de civiles y prisioneros de guerra, en muchas ocasiones con extrema crueldad.
El debate entre China y Japón sobre el alcance de las atrocidades va desde la afirmación del gobierno chino de que la cifra de muertos no combatientes fue superior a 300.000 hasta la del ejército japonés, ante el Tribunal de Guerra de Tokio, después de la Segunda Guerra Mundial, de que los muertos habían sido todos militares y de que no hubo masacres organizadas contra los civiles.
No obstante, el Tribunal de Guerra de Tokio, estimó el número de muertes en 250.000, aunque más tarde, en diciembre de 2007, algunos documentos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos, que hasta entonces habían sido secreto de Estado, arrojaron una cifra total de muertos de 500.000, contando también lo sucedido en los alrededores de la ciudad antes de su captura.
Al margen de la "guerra de cifras", el relato de testigos presenciales tanto occidentales como chinos mostró al mundo que, en el transcurso de seis semanas después de la caída de la ciudad, las tropas japonesas se entregaron a una brutal orgía de violaciones, asesinatos, robos, incendios y otros crímenes de guerra.
La violencia no respetó a nadie: niños, jóvenes, mujeres y ancianos fueron violados, atravesados a bayonetazos, decapitados, mutilados o enterrados vivos y como prueba de la crueldad de la masacre, se halló a decenas de miles de personas enterradas con las manos atadas a la espalda.
Y un episodio especialmente truculento, fue el "concurso" entre dos oficiales japoneses, Toshiaki Mukai y Tsuyoshi Noda, para ser el primero en matar decapitados a 100 personas con una catana. Ganó Mukai, que asesinó a 106.
Tras la capitulación de Japón, ambos fueron fusilados por sus crímenes en Nankín.
Interesante tema, del cual no sabia nada, investigaré más, gracias por disminuir mi ignorancia
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