Tal día como hoy 25 de diciembre de 1907, el bandolero Joaquín Camargo Gómez "el Vivillo", es detenido en Argentina donde vivía con nombre falso.
En los primeros años del siglo XX se vivieron los últimos episodios del bandolerismo andaluz, con las cuadrillas de “el Vizcaya”, “el Pernales”, “el Vivillo” y otros que fueron sangrientamente reprimidos por la Guardia Civil.
Joaquín Camargo, “El Vivillo” nació en Estepa – Sevilla - en 1866, convirtiéndose en el décimo de dieciséis hermanos, siendo apodado así por la agudeza y agilidad mental que tuvo desde pequeño
Una infancia de privaciones le llevaría a probar suerte como contrabandista en Gibraltar, tras huir de casa y malvivir en múltiples oficios. Cuando el negocio del contrabando se puso peligroso, corrió a refugiarse a la Serranía de Ronda, dónde crearía su propia cuadrilla de malhechores y desde entonces se mezclaría su historia con su propia leyenda: entre la maldad y la generosidad, entre la culpabilidad y la inocencia.
Su fama comenzaría a forjarse entre asaltos y tiroteos por las sierras andaluzas, convirtiéndose, junto al “Pernales”, en protagonista de los últimos, y más sonados episodios de bandolerismo, hasta que las partidas de estos bandoleros fueron aniquiladas por la Guardia Civil.
Pero “El Vivillo”, haciendo honor a su apodo, logró eludir el cerco de la Benemérita y escapó a la Argentina, con el nombre de Antonio Barceló Rubio, donde sería capturado, siendo extraditado posteriormente, mientras en España otros cometían atracos que le achacan a él..
Llegó a Cádiz en febrero de 1909 siendo recibido con enorme expectación y haciendo declaraciones a la prensa, en las que se declaró inocente de los delitos que le acusaban, esperando que fuesen descubiertos los numerosos "vivillos" que habían cometido fechorías haciéndose pasar por él, mientras firmaba – como si fuese una celebridad - fotografías a las personas que se le acercaban.
Sería absuelto de todos los crímenes imputados y explotando su fama, en 1911 dictó sus “Memorias”, iniciando después una nueva vida como picador de toros, aprovechándose de sus dotes como caballista, aunque esta etapa duró poco y decidió marcha de nuevo a Argentina.
Era tan importante entonces el personaje, que el periódico republicano “El Popular” de Málaga, el 6 de septiembre de 1911 relataba el paso por la ciudad del bandolero con estas palabras: “A bordo del trasatlántico Satrústegui, que zarpó ayer rumbo a Buenos Aires, marchó el célebre ex bandido Joaquín Camargo "El Vivillo", que llegó a Málaga con el propósito de tomar pasaje para América en el primer correo. Le acompañaba su mujer y sus hijos. En nuestra población permaneció hospedado en una casa de huéspedes, hasta ayer por la tarde, que embarcó en el referido trasatlántico. Piensa "El Vivillo " establecerse en Buenos Aires, donde se dedicará a negocios mercantiles”.
Solo cuatro años después, moría su esposa Dolores, sumiéndose desde entonces en una profunda depresión que le llevó a ingerir una solución mortal de cianuro potásico en julio de 1929.
Acabó así, a los 64 años, la vida de Joaquín Camargo Gómez “El Vivillo” y la noticia de su muerte llegó a España cuando su fama ya había pasado, mereciendo sólo una breve nota en los periódicos. "El Vivillo" era ya tan solo historia.
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