Tal día como hoy 28 de diciembre de 1941, se inicia la Operación Antropoide, el asesinato del líder nazi Reinhard Heydrich, uno de los artífices de la “solución final”.
En el año 1941, Heydrich fue enviado por Heinrich Himmler, jefe de las SS, a Praga y de este modo, Himmler alejaba a quien le hacía sombra ante Hitler y asimismo enviaba a la capital checa a uno de los más competentes y temidos de la cúpula de las temibles SS.
Heydrich se instaló en el Castillo de Praga y su gestión diezmó la resistencia checa, responsable de diversos sabotajes, y aumentó la fabricación de material militar, lo que provocó beneficios laborales pero a su vez imponía la mano dura en el gobierno.
La hábil política de Heydrich, llevó a la población checa a aceptar de muy buen grado la ocupación alemana, gracias a las condiciones de vida excepcionalmente favorables que había impuesto a cambio de una producción militar eficiente para el Tercer Reich.
Para Londres era vital que muriera Heydrich y que esa muerte causara una masacre en alguna ciudad, por la represalia que acarrearía tal acción, que daría como resultado final, que la población checa se volcaría a apoyar decididamente a la resistencia.
Para ello se planeó el atentado, cuya operación comenzó la noche del 28 de diciembre de 1941 con la llegada de dos comandos checos, provenientes del Reino Unido, que fueron lanzados en paracaídas junto con comandos británicos y comenzaron a estudiar los hábitos de desplazamiento de Heydrich, advirtiendo que empleaba la misma ruta y siempre a la misma hora.
Tres guerrilleros, se apostaron en un recodo del camino por donde pasaría Heydrich el día fijado, pero para su sorpresa, no apareció a la hora estimada, por lo que pensaron en abortar la misión y cuando ya iban a abandonar, advirtieron que su vehículo venía en camino y sin escolta.
Al llegar a la curva prevista, el coche redujo la velocidad y en ese momento Gabčík – uno de los miembros del comando- empuñó su metralleta con la intención de abrir fuego, pero el arma se escasquillño y Heydrich, se levantó del asiento y se aprestó con su pistola, a repeler el ataque.
En ese momento, una granada estalló junto al coche, alcanzando la espalda de Heydrich, siendo auxiliado y llevado al hospital de Praga, donde insistió en ser atendido solo por médicos alemanes, pero este retraso en recibir atención médica, probablemente le costó la vida, pues cuarenta y ocho horas después se provocó una septicemia generalizada, que en ocho días le causó la muerte.
El cuerpo de Heydrich, fue llevado a Berlín y se le dio un funeral apoteósico, donde el mismo Hitler estuvo presente, mostrándose en todo momento apesadumbrado por su muerte.
Hitler quiso realizar represalias contra los checos, pero como eso perturbaría la producción necesaria para la guerra, las SS “solo” ejecutaron a 340 habitantes del pueblo de Lídice, hombres, mujeres y niños.
La Operación Antropoide fue el único intento para asesinar a un importante líder nazi, que tuvo éxito.
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