El 21 de diciembre de 1988 un avión Boeing 747 de la compañía aérea estadounidense Pan American, en vuelo regular, explotó en el aire y sus restos cayeron sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, muriendo las 259 personas que viajaban a bordo y 11 personas más en tierra.
La explosión ocurrió poco después del despegue del aeropuerto de Londres, y fue debida a un explosivo plástico de unos 450 gramos colocado en un radiocassette dentro del equipaje del compartimento de carga, que llevó a la rápida destrucción de la aeronave, pues la explosión hizo que la parte delantera, se desprendiera del resto y cayera durante dos minutos antes de chocar con tierra, mientras el resto del fuselaje despidió personas de sus asientos y luego se estrelló en los arrabales de la ciudad.
Los vientos de 190 km/h en la zona, esparcieron las víctimas a lo largo de 130 km y el número total de muertos ascendió a 270 personas de 21 países diferentes, incluyendo a 11 personas de la ciudad de Lockerbie.
El suceso, es conocido como el “atentado de Lockerbie” y fue un ataque a un símbolo de los Estados Unidos, con 189 de las víctimas estadounidenses y se convirtió en el más mortífero ataque contra civiles estadounidenses hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Después de tres años de investigación, entre Scotland Yard, la CIA y el FBI, se presentó una acusación de asesinato contra Abdelbaset al-Megrahi, un agente de la inteligencia libia y jefe de seguridad de las Aerolíneas Árabes Libias, pero este país se negó a entregarlo, por lo que la ONU estableció sanciones contra él, a partir de 1992.
Las sanciones de las Naciones Unidas y unas prolongadas negociaciones con el líder libio Gadafi dieron lugar a la entrega del acusado en 1999 a la policía escocesa, siendo Al-Megrahi condenado por asesinato y sentenciado a 27 años de prisión.
Siempre sosteniendo su inocencia, Al-Megrahi cumplió su condena en la prisión de Greenock, cerca de Glasgow, hasta el 20 de agosto de 2009, en que fue liberado por razones humanitarias al padecer un cáncer terminal de próstata.
En octubre de 2002, Libia ofreció una compensación de unos 10 millones de dólares estadunidenses por cada víctima, y aceptó formalmente la responsabilidad por el atentado, por lo que en el 2003, las Naciones Unidas levantaron las sanciones contra el país.
El 23 de febrero de 2011, durante las protestas contra el régimen libio, el exministro de Justicia de este país, Mustafa Abdel Jalil, aseguró que el presidente libio Muamar el Gadafi, fue el que ordenó personalmente, el atentado terrorista de Lockerbie.
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