Tal día como hoy 20 de diciembre de 1591, es ejecutado Juan de Lanuza, Justicia Mayor de Aragón, tras su defensa de los Fueros de Aragón.
Los acontecimientos que dieron lugar a estos hechos, hay que situarlos en el siguiente contexto: Antonio Pérez, había ejercido el cargo de secretario del rey Felipe II hasta 1579, año en el que fue arrestado por el asesinato de Escobedo – secretario de don Juan de Austria - y por abusar de la confianza real al conspirar contra el rey.
Tras escapar de su prisión, Perez, huyó a Zaragoza, donde pidió la protección de los fueros aragoneses, pero Felipe II, desconfiando de que los tribunales aragoneses condenaran a Antonio Pérez, usó un tribunal contra el que los fueros y la Justicia aragonesa no podían oponerse: la Inquisición y Antonio Pérez fue acusado de herejía.
En el 24 de mayo de 1591, a petición de los inquisidores, se trasladó a Pérez a la prisión que la Inquisición tenía en la Aljafería, donde sus seguidores tras violencia y amenazas, consiguieron que fuera devuelto a la cárcel ordinaria.
Cuando Felipe II recibió noticia del motín, ordenó que fuerzas que se estaban preparando para intervenir en Francia, se concentraran cerca de la frontera con Aragón, mientras Antonio Perez, intentó fugarse de la cárcel y, descubierto, el Justicia ordenó su trasladado a una prisión más segura.
Tras mucha discusión se dispusao el traslado de Antonio Pérez a la cárcel de la Inquisición el 24 de septiembre, pero dos días antes murió el Justicia Juan de Lanuza y Perellós y le sucedió en el cargo su hijo Juan de Lanuza y Urrea, de solo veintiséis años.
El inquisidor presentó la reclamación al nuevo Justicia, que las estudió y declaró ajustada a derecho, pero al aproximarse los coches de la Inquisición, los partidarios de Pérez atacaron a los guardias, permitiendo a este salir de la ciudad en dirección a Francia, murieron más de treinta personas, en el tumulto.
Cuando la noticia llegó a Felipe II, este decidió mandar a su ejército para restablecer la autoridad de la justicia y la noticia de esto conmocionó a todo el reino, y aunque en Zaragoza la opinión parecía unánime a la resistencia, en el resto de Aragón se veía con desconfianza y muchos señores, incluso auxiliaron al ejército real con víveres y gente armada
El ejército de Felipe II, entró en Aragón el 7 y el 8 de noviembre, y avanzó sin oposición alguna mientras el Justicia y sus fuerzas se hallaban en Utebo y sabiendo que su fuerza era muy inferior y muy indisciplinada, decidió abandonar a sus tropas y huir.
Juan V de Lanuza volvió a Zaragoza, donde fue capturado y decapitado por orden real en la plaza del mercado y la misma suerte corrieron muchos de los que lideraron la revuelta, mientras Pérez escapó a Francia y más tarde a Inglaterra, en donde estimuló la leyenda negra contra el monarca, muriendo en 1611.
En 1592 Felipe II convocó a las Cortes de Aragón y aunque no suprimió ninguna institución aragonesa, estas fueron reformadas: el rey tenía ahora el derecho a nombrar a un virrey no aragonés; podía retirar de su puesto al Justicia de Aragón; la Corte de Justicia se puso bajo su control y finalmente, se modificaron aspectos del sistema legal aragonés.
La mayoría de historiadores coincide en que Felipe II estaba en posición de haber acabado con los fueros y crear una estructura centralizada pero a pesar de ser un monarca absoluto, no se encontraba a disgusto reinando a través de virreyes y Consejos, aunque no perdió la oportunidad para erosionar a la nobleza aragonesa limitando los fueros y privilegios.
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