Era llamado “Cabeza de Estopa” - Cap d'Estopes - debido a su espesa cabellera color rubio pajizo y fue conde de Barcelona, Gerona, Osona y Carcasona del 1076 al 1082.
Hijo de Ramón Berenguer I y hermano, probablemente mellizo, de Berenguer Ramón II, en el testamento de su padre se determinó que él y su hermano debían gobernar en igualdad de condiciones, aunque en realidad existían privilegios en favor de “Cabeza de Estopa”.
Ramón Berenguer trató de ejercer el gobierno de los condados en solitario, lo cual causó la rebelión de su hermano, que solicitó el arbitrio pontificio para resolver el problema y en 1079, el Papa ordenó por carta al obispo de Gerona que mediara entre los hermanos para poner fin a las disputas condales, junto a los abades de Ripoll, Sant Cugat del Vallés y Sant Ponç de Tomeres.
Se desconocen los pormenores de las negociaciones pero, a partir de ellas, se llegó a un compromiso de solución y se dividió entre ambos la ciudad de Barcelona con sus tierras y castillos, alternando vivir cada uno durante seis meses al año en el palacio condal.
Se acordó también la indivisibilidad de la soberanía y el compartir responsabilidades judiciales, tributarias y de acuñación de moneda, pactando ambos hermanos dirigir conjuntamente, una expedición prevista para el siguiente año, que nunca se llevó a término.
Durante su preparación, Rodrigo Díaz de Vivar ofreció sus servicios al conde de Barcelona que los rechazó, ofreciéndose entonces a Yusuf al-Mutamin, rey de la taifa de Zaragoza y enemigo del conde, lo cual enfrentó a Berenguer Ramón con el Cid, en la batalla de Almenar en el verano de 1082, siendo derrotado y hecho prisionero por el de Vivar y liberado poco tiempo después, a cambio de un importante rescate.
Una vez libre, el 5 de diciembre de aquel año, mientras viajaba de Barcelona a Girona, “Cabeza de Estopa” fue atacado y muerto, posiblemente por parte de sus propios hombres y su cadáver arrojado a lo que luego fue conocido como “La Garganta del Conde”, siendo más tarde trasladado a Girona y enterrado en su catedral.
Su hermano, acusado de participar en el asesinato, fue llamado desde entonces “el Fratricida”, encargándose de la regencia de su sobrino, el futuro Ramón Berenguer III “el Grande”, que al alcanzar la mayoría de edad consiguió llevar a juicio a su tío, el cual en 1097 fue condenado por el asesinato y despojado de su título de conde, que paso a su sobrino.
Los restos de Ramón Berenguer II recibieron sepultura en la catedral de Gerona, inicialmente en la galilea del templo – vestíbulo -y por orden del rey Pedro “el Ceremonioso”, se esculpió encima una estatua yacente del conde.
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