Tal día como hoy 8 de Agosto de 1963, Bruce Reynolds y Ronnie Biggs asaltaron junto a otros treinta bandidos un tren de correos que viajaba desde Glasgow hasta la capital británica. En tan solo 15 minutos, el grupo de ladrones robó un botín valorado en más de dos millones de libras esterlinas, es decir, más 40 millones de euros.
El asalto al tren de Glasgow, considerado "el robo del siglo", celebra su 56 aniversario con el recuerdo de la complejidad del método desplegado por los ladrones, que llevaron a cabo un atraco perfecto.
Fue en el tren correo entre la ciudad escocesa de Glasgow y Londres, que transportaba hasta 126 sacos repletos de dinero procedente de los bancos situados en ambas localidades, que viajaban al abrigo de la oscuridad y cuyo contenido era conocido por muy pocos.
Bajo uno de los puentes que habían de atravesar aquella noche, les esperaban la banda de Ronnie Biggs y Bruce Reynolds: 15 ladrones escogidos por las especiales habilidades que podían aportar a una operación que, los retiraría para el resto de su vida.
Sobre las 3:15 de la madrugada, el tren, que estaba apenas a 65 kilómetros de Londres, se paró inesperadamente bajo el puente Bridego.Era el primer éxito del plan de Reynolds, que con una batería portátil cambió las luces del semáforo y forzó a la maquina a parar tras haber confirmado, que el tren llevaba las sacas de dinero.
A bordo del tren iban el maquinista, Jack Mills, y su ayudante, que bajó para descubrir por qué se había parado el tren. Mills presentó resistencia y fue golpeado con una barra de metal por los delincuentes, siendo la única violencia en la operación, que concluyó en pocos minutos con el robo de 118 de los 126 sacos de dinero, que se llevaron, en dos furgonetas y un camión.
Todo salió de acuerdo con un plan que tardó varios años en ser diseñado por Reynolds, que supo de la existencia del tren de Glasgow en una confidencia carcelaria en 1960.
Pero hubo algo con lo que la banda no contó: un simple tablero de Monopoly que sirvió a los ladrones para relajarse pocas horas después de cometer el robo y en el que quedaron sus huellas dactilares, que sirvieron a la policía para identificarlos.
Intentaron huir, pero sólo lo consiguieron: Reynolds, que tras someterse a cirugía estética huyó durante cinco años a México y Canadá y Biggs, que pasó 31 años buscado tras su fuga de prisión en 1965 hasta su captura en 2001, cuando volvió voluntariamente al Reino Unido. Tras diez años de cárcel fue puesto en libertad, el 27 de febrero del 2013 y fallecía en su ciudad natal como un respetable ciudadano, a la edad de 84 años.
Son los nombres de la leyenda, reverenciados por quienes sueñan con el atraco perfecto y recuerdan que de este - valorado hoy en 47,5 millones de euros- no se recuperó más que una mínima parte.
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