sábado, 24 de agosto de 2019

El día que desapareció Pompeya

Tal día como hoy 24 de agosto del año 79, cerca de Pompeya - Italia-, tiene  lugar el inicio de la letal erupción del volcán Vesubio, que enterró a la ciudad bajo ardientes cenizas.

El Vesubio es un volcán en activo que se encuentra a unos 20 kilómetros de la ciudad de Nápoles, aunque ha pasado a la historia por haber sepultado Pompeya y otras ciudades romanas de la Campania, el Vesubio ha tenido numerosas erupciones a lo largo de la historia con mejores y peores consecuencias.

Los arqueólogos han encontrado dos asentamientos de la Edad del Bronce que presentan evidencias de la más reciente de las erupciones prehistóricas. Sin embargo, esta erupción del II milenio a. C. no fue tan dramática, ya que no se han encontrado apenas evidencias de cadáveres y sus habitantes, por tanto, debieron huir en las primeras fases de la erupción.

No ocurrió lo mismo con la más importante y famosa de todas las erupciones del volcán, la que ha permanecido en nuestra memoria y tuvo lugar el 24 de agosto del año 79, que  fue precedida por un potente terremoto, que causó importantes daños en la ciudad.

En esa época vivían en Pompeya y alrededores unas 12.000 personas que  no eran conscientes del peligro, ya que el volcán llevaba más de 1800 años sin actividad, probablemente ni siquiera sabían que la montaña era un volcán.

Plinio “el Joven”, escribió una carta al historiador Tácito, narrando la muerte de su tío por causa de la erupción del Vesubio. Plinio “el Viejo”, autor de la “Historia Naturalis”. Su joven sobrino de 17 años se encontraba en su casa cuando aconteció el cataclismo y de ahí que tengamos un testimonio directo de los acontecimientos a partir de aquel día del verano del año 79 .

Plinio decidió aproximarse al volcán para examinar en detalle el fenómeno que estaba contemplando, embarcándose para aproximarse a la zona por mar, describiéndolo así:. “Ya caía ceniza en las naves, cuanto más se acercaban, más caliente y más densa; ya hasta piedras pómez y negras,  quemadas y rotas por el fuego; ya un repentino bajo fondo y la playa inaccesible por el desplome del monte. Entre tanto desde el monte Vesubio por muchos lugares resplandecían llamaradas anchísimas y elevadas deflagraciones, cuyo resplandor y luminosidad se acentuaba por las tinieblas de la noche”.

Podemos imaginar multitud de historias como las de Plinio, la incertidumbre de los habitantes de la zona ante los acontecimientos, sus zozobras para decidir si permanecían en sus hogares o huír con el máximo de pertenencias que pudieran… Los que decidieron quedarse o no tuvieron medios para escapar, contemplaron durante los tres días que duró la erupción las nubes de gases tóxicos, las lluvias de ceniza y piedra pómez y las coladas de lava que, finalmente, sepultaron las ciudades del entorno del volcán.

No obstante lo dicho hasta ahora, el hallazgo de una inscripción en carboncillo en la pared de una casa de Pompeya,  podría desplazar hasta octubre la erupción del Vesubio del año 79, que acabó con la ciudad romana, que hasta ahora se fechaba en el 24 de agosto.

La fecha del 24 de agosto del 79 proviene de la carta de Plinio el Joven, donde relataba a Tácito la catastrófica erupción del Vesubio y la situaba "el noveno día antes de las calendas de septiembre". Sin embargo, la inscripción encontrada en las nuevas zonas de excavaciones de Pompeya ha sido presentada  por el ministro de Cultura italiano, como un "descubrimiento extraordinario".

De manera que según las nueva  inscripción, fechada a 16 días de las calendas del noviembre, la erupción correspondería, según esta hipótesis, al 24 de octubre del año 79.




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