Tal día como hoy 6 de agosto de 1966, se inaugura en Lisboa el Puente Salazar, sobre el rio Tajo, llamado actualmente del 25 de abril, tras la "Revolución de los Claveles".
Fue un día de fiesta y orgullo nacional, con la asistencia de 1.500 invitados y tres televisiones retransmitiendo en directo el festejo, las autoridades lusas inauguraron el puente, el mayor de toda Europa, con casi 18 kilómetros de longitud y dos pilares centrales de 2.200 toneladas de peso y 150 metros de altura cada uno.
El puente sobre la desembocadura del Tajo, fue construido por el dictador OliveirA Salazar y facilita la conexión entre el norte y el sur de una ciudad castigada por un tráfico insoportable en horas punta.
El Puente Salazar, pasó a denominarse “Puente 25 de Abril” tras la Revolución del 25 de abril de 1974, que restauró la democracia en Portugal y en la actualidad, es considerado uno de los principales símbolos e iconos de la ciudad de Lisboa.
En el año 1953, el Ministerio de obras públicas portugués, crea una comisión para el estudio de la viabilidad técnica y financiera de la construcción de un puente sobre el río Tajo, a la altura de Lisboa. Se exige que disponga de dos tableros independientes, cada uno de los cuales para un medio de transporte. Una plataforma inferior para el tráfico ferroviario, mientras que el tablero superior se reserva al tránsito de automóviles.
El 9 de mayo de 1962, el Estado adjudica la construcción a un consorcio internacional liderado por la norteamericana United States Steel International y el 5 de noviembre de ese año, se inician las obras y sus accesos por carretera.
Se planeó que las deudas del puente fueran saldadas en un periodo de 20 años y, entonces, estuviera libre de peaje o, en su defecto, de un peaje reducido, pero el Gobierno mantuvo el cobro del peaje más allá de esos 20 años hasta la concesión, con lo que se creó un monopolio en el cruce sobre el Tajo por Lisboa.
Como resultado, el cruce del puente siempre ha requerido un peaje, primero en ambos sentidos y, desde 1993, sólo en sentido norte, pago que, no obstante, ha sido fuente de disputas políticas en los últimos años.
Pero si hay algo por lo que este puente despierta especial interés entre sus visitantes es por el asombroso parecido que mantiene con el Golden Gate Bridge de San Francisco.
Resulta que la semejanza entre ambos puentes responde a una necesidad práctica, ya que tanto Lisboa como San Francisco tienen un índice sísmico elevado, por lo que ambos puentes tienen estructuras y mecanismos de resistencia similares frente a terremotos.
Además, el hecho de que la misma empresa de ingeniería participara en la construcción de los dos puentes, también tuvo algo que ver en su gran parecido. Lo más llamativo es que no solo la estructura es similar, sino que los dos puentes están construidos en acero y están cubiertos por la característica pintura roja, que no tiene otra función que la de prevenir la oxidación.
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