martes, 20 de agosto de 2019

El inicio de la expansión del Islam

Tal día como hoy 20 de agosto del año 636, a orillas del río Yarmuk  -Siria-, afluente del Jordán, se inicia la batalla del mismo nombre, que durará seis días, entre las fuerzas árabes comandadas por Khalid ibn al-Walid y el ejército bizantino, muy superior en tropas, compuesto por armenios y árabes cristianos gasánidas comandados por el cristiano armenio Vahan y por Teodoro Tritirio.

Los bizantinos son derrotados y los árabes irán tomando el control de Siria, Palestina, Armenia, Egipto y Mesopotamia, lo que supondrá el inicio del rápido avance del Islam fuera de Arabia.

En el siglo VII, la situación de los Bizantinos no era brillante. Heraclio, que sube al trono en el 610, hereda un imperio desorganizado, debido a que Bizancio ha sufrido algunas derrotas. Pero Heraclio es un hombre enérgico y vuelve a tomar el mando del ejército y restablece la unidad del imperio.

En cuanto a los árabes, tras la muerte de Mahoma, estallan las pugnas entre las tribus a causa de la apostasía de ciertos grupos, pero estas luchas intestinas se resuelven pronto, gracias al fervor que el mensaje del Profeta inspira a los escuadrones del desierto y entre el 632 y el 634, Abu Bakr, uno de los suegros de Mahoma, se convierte en califa, es decir, jefe de la comunidad musulmana.

Omar, que le sucede, es el que promueve la fulminante expansión del Islam en el mundo antiguo: da inicio a unas guerras de conquista fuera de la península arabiga. Animados por un ímpetu extraordinario, los  musulmanes conquistan rápidamente Palestina y Siria, arrebatadas al imperio bizantino tras la victoria de Adjnadayn en el 634, seguida por la derrota de las fuerzas de Heraclio en el Yarmuk, en el 636.

La toma de Jerusalén representa más que una victoria: es la apropiación de un símbolo que veneran tanto judíos como cristianos, y que ahora está en poder de los musulmanes.Pero el Haram al-Sharif era también el lugar mítico y punto de partida del “viaje nocturno” a través del cual Mahoma contempló los cielos, según el Corán.

Pero la ocupación de Siria y Palestina no absorbe todas las fuerzas árabes: ya en el 635, éstas cruzan el Éufrates y se lanzan contra el imperio sasánida que entonces estaba en plena decadencia: Saquean la ciudad de Ctesifonte, toman Nínive en el 641 y llegan hasta Armenia.

Sus esfuerzos los llevan también hacia el oeste:Invaden Egipto en el 640 y toman Alejandría  y continuando hacia el oeste, las fuerzas islámicas se lanzan hacia la Tripolitania en la que hacen incursiones a partir del 647, dirigiéndose luego hacia la Berbería.

Entre el 680 y el 683, el califa Yasid I reina en Damasco y durante una época la presencia de un anti-califa en La Meca, hace  que los Omeyas se apoderen de la ciudad para poner fin a la secesión.

Sesenta años han pasado desde la hégira y todo el esfuerzo de los Árabes está dirigido hacia la expansión militar y religiosa.

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