Tal día como hoy 1 de agosto del año 30 a.C., Octavio, futuro emperador romano, captura la ciudad de Alejandría, marcando la anexión de Egipto al Imperio Romano y por tanto el control del Mediterráneo.
Marco Antonio, pensando que Cleopatra se ha suicidado previamente, se quitará la vida. Cleopatra, ante la deshonra de tener que desfilar encadenada en la parada triunfal de Octavio, también decidirá suicidarse, mediante la muerte ritual por mordedura de víbora áspid, el 12 de agosto.
Pocas historias de amor ha habido tan complejas y trágicas como la de Marco Antonio y Cleopatra. Fueron 13 años de relación y tres hijos nacidos fruto de su unión, alternando periodos de total entrega con otros de separación absoluta, pero fuera como fuese, Marco Antonio siempre volvía a los brazos de Cleopatra.
En su primer encuentro, Cleopatra trató de deslumbrar a Marco Antonio a pesar de que éste estaba aún unido a su primera mujer. Como narra Plutarco, Cleopatra llegó a la cita en un barco con la popa de oro, las velas púrpura y los remos de plata y el extraordinario poder de seducción de la reina impresionó a Marco Antonio, que quedó enamorado de ella.
Poco después, Marco Antonio embarcó para enfrentarse a Octavio, sin embargo, de la negociación entre ambos se acordó el matrimonio de éste con la hermana de Octavio.
Tres años más tarde, Marco Antonio decide repudiar a su esposa y volver junto a su amada Cleopatra con la que se casa en Alejandría. Por amor, abandonó no sólo sus obligaciones familiares sino también las políticas y militares, para vivir una fastuosa vida en Egipto llena de lujos con su amada Cleopatra. Esto le llevó a ser declarado enemigo de Roma y de Octavio Augusto. Es el principio del fin y la guerra se vuelve inevitable.
En el año 31 a.C. las fuerzas de Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotadas por las de Octavio en la batalla de Actium sellando así el trágico destino de ambos. Asediado por las tropas de Octavio en Alejandría, Marco Antonio recibe la falsa noticia de que la Reina de Egipto había muerto y se clava su propia espada.
Cuando la noticia llega a Cleopatra y conocedora de los planes de Octavio de exhibirla como prisionera para su humillación pública, ésta también decide terminar con su vida con el veneno de una serpiente.
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