Tal día como hoy el 14 de junio de
1940, España ocupa Tánger, con un ejército de 4.000
hombres procedentes del Marruecos español “en nombre del sultán”.
La ocupación cuenta con el consentimiento de Francia y el Reino
Unido, mientras el Gobierno español declara respetar todos los
derechos de las diferentes potencias con grandes intereses en la
zona,
La ciudad de Tanger, era administrada
por un estatuto fruto de numerosas negociaciones y acuerdos entre las
potencias europeas con intereses coloniales en el norte de Marruecos.
Son Francia, Reino Unido y España los países que configuran entre
1912 y 1923 el primer carácter de ‘ciudad neutral’ de Tánger, que debía estar desmilitarizada y sus servicios administrativos,
incluido el orden público, se gestionaban entre Francia, España,
Inglaterra e Italia;
Hasta principios de la década de 1930
el estatuto internacional de Tánger tenía un evidente dominio
francés, que era la potencia mejor posicionada en Marruecos tras
conseguir del sultán la firma del Protectorado en 1912.
Sin embargo, en 1935, la presión
conjunta de los otros países mediterráneos, España e Italia,
consigue un nuevo acuerdo, haciendo a España la potencia principal
encargada de la administración del estatuto de Tánger, que era la
ciudad, más importante, del llamado ‘Marruecos español’.
En mayo-junio de 1940 los ejércitos de
Hitler habían tomado París y echado al mar del Canal de la Mancha a
los aliados tras el precipitado repliegue de Dunkerque; Francia
estaba derrotada y más débil que nunca en el concierto europeo,
evidencia que no pasó desapercibida a la cúpula militar africanista
que había ganado la guerra civil en España para Franco.
Entre los mandos del ejército español
existían muchos germanófilos, admiradores de los triunfos militares
de la Wehrmacht, y más de uno pensó que la toma de Tánger sólo
sería el inicio de la expansión imperial española por toda África
como aliados “sólidos”de los alemanes.
El 14 de junio de 1940, el mismo día
que se conoce en todo el mundo la ocupación nazi de París, tropas
hispano-marroquíes, al mando del general Germán Yuste, toman la
ciudad internacional de Tánger “con carácter provisional”, para
asegurar la “neutralidad” del enclave.
Las ensoñaciones imperiales de Franco
y del “ejército africanista” que le apoyaba en España durante
la Segunda Guerra Mundial no son muy conocidas. El régimen pronto
las difuminó en su interés por congraciarse con los vencedores, los
aliados, de la guerra y por la necesidad imperante de reconocimiento
internacional como único “Estado español”.
Pero existieron y datos tan “novelescos
y cinematográficos”como las reuniones de Franco con Hitler en
Hendaya, y con Mussolini en Bordighera, que son en el fondo, intentos
del régimen de sacar partido de la situación internacional junto a
los que pensaba serían los vencedores de la contienda mundial.
La mayor experiencia como estadistas
del dictador italiano y del líder nazi y su mejor visión de la
realidad internacional, fueron las causas de que España no entrase
en el bando del Eje y pudiera aspirar a un reparto colonial. España
era un país arruinado y desangrado, con un ejército válido para
ganar una contienda civil y reprimir a un pueblo, pero no para
aportar esos “dos millones de guerreros” que les ofrecía Franco
a las potencias del Eje.
La toma de Tánger en 1940 también
sirvió para reprimir y desbaratar a la resistencia republicana que
se había exiliado allí, desde el golpe de Estado contra la
República en julio de 1936.
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