jueves, 11 de junio de 2020

El peor desastre de la historia del automovilismo

Tal día como hoy, 11 de junio de 1955, durante las 24 Horas en la carrera de Le Mans, un automóvil pierde el control y se estrella en puestos llenos de espectadores, matando a 82 personas.

Como se diría comúnmente, en aquella carrera se encontraba ‘la crème de la crème’. Los mejores pilotos del momento se daban lugar en la competición por excelencia de las carreras de resistencia. Pilotos de la talla de Juan Manuel Fangio o Mike Hawthorn, estaban preparados para la competición.

Miles de personas presenciaban las espectaculares batallas que mantenían los Ferrari, Jaguar y Mercedes. Cada vuelta restaban décimas al récord del año anterior, cada vuelta las diferencias se acortaban, los adelantamientos se producían, cada vez cruzaban la larga recta de meta a más velocidad, dando uno de los mayores espectáculos automovilísticos.

Llegaba el momento de repostar en boxes tras ya algunas horas de competición. Mike Hawthorn rodaba en cabeza con Lance Macklin a su cola. Mientras, Juan Manuel Fangio rodaban tras ellos.

El accidente se produjo en breves segundos, el Mercedes de Levegh impactó contra el coche de Macklin y como resultado, el Mercedes, junto con el piloto salieron volando a más de 240Km/h contra la tribuna principal.

Fruto del impacto, el puente y el motor salieron despedidos del coche, arrasando a su paso a cientos de espectadores. El piloto falleció en el acto tras golpear su cabeza contra el asfalto de la pista, el cuerpo de Pierre yacía sin vida sobre la pista. El coche, compuesto casi en su totalidad de magnesio, se desintegró y se vio envuelto en una bola de fuego tras una fuerte explosión.

Debido al accidente, resultaron fallecidos 82 espectadores junto con el piloto Pierre Levegh. Además, hubo cientos de heridos en la grada principal del circuito francés. Naturalmente fue necesaria la intervención de servicios sanitarios mientras la carrera continuaba su curso.

A pesar de la decisión precipitada que se tomó, fue acertada. El no suspender la carrera ayudó a que los espectadores no desalojaran el circuito francés y evitar así que crearan colas en las salidas. De esta forma, los servicios sanitarios pudieron realizar su trabajo sin contratiempos.

Este desastre automovilístico trajo consigo grandes consecuencias para el mundo del motor: La competición ‘se paró’. La siguiente carrera, celebrada en Nürburgring se canceló y países como Francia, Suiza o España pararon la competición.

Mike Hawthorn, quien acabaría siendo ganador de la edición de las 24 horas de Le Mans de 1955, falleció meses después de proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 en un accidente automovilístico, cuando tenía 29 años.

 
Años después, Fangio relató el accidente, calificándolo como “un tremendo infierno”.


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