Tal día como hoy 22 de junio de 1372,
durante la Guerra de los Cien Años, tiene lugar el combate naval
frente a las costas de La Rochelle -Francia- entre la escuadra
inglesa del conde de Pembroke y la castellana del almirante Ambrosio
Bocanegra.
La escuadra castellana derrota a la
inglesa de tal manera que de ésta no se salva ningún barco y se
hace prisioneros a todos los que no se fueron a pique: 8.400 hombres,
el conde y el tesoro de la armada son capturados. Por el lado
castellano, fueron muy escasas las bajas.
En la batalla, el Almirante Bocanegra,
maniobró brillantemente y dispuso su flota, ordenando a las galeras
abrir sus líneas de ataque, para utilizar la artillería, y remar
contra el enemigo, al tiempo que las naos arrojaban piedras y otros
proyectiles. Gracias a esta táctica los castellanos pudieron
capturar muchos navíos ingleses.
Al caer la noche, el combate se detuvo
y Ambrosio Bocanegra intentó que la flota castellana cerrara el paso
a la inglesa, para evitar toda comunicación entre los navíos
ingleses y La Rochelle, aunque no consiguieran impedir que algunos
soldados, llegaran en barcas, para reforzar las tripulaciones de los
barcos del conde de Pembroke.
Al amanecer del día siguiente se
reanudó el combate, aprovechando la bajamar el Almirante de Castilla
lanzó varios brulotes, que desorganizaron la línea de batalla de
las pesadas naves inglesas, hundiendo varios navíos. En la confusión, las
galeras castellanas, más ligeras y de menor calado, se lanzaron al
abordaje de los navíos supervivientes.
La victoria fue total, pues todos los
barcos ingleses resultaron hundidos o capturados y los castellanos
hicieron prisioneros a 8.000 soldados y 400 caballeros, entre los que
destacaba el jefe de la flota, el conde de Pembroke. Las vidas de los
prisioneros fueron respetadas.
Esta victoria dio el control del canal
de la Mancha a los castellanos y posibilitó una serie de ataques y
desembarcos a lo largo de la costa sur de Inglaterra, que llevarían
finalmente a este reino a solicitar la paz en 1375.
Tras conseguir el éxito en la batalla,
Ambrosio Bocanegra, ordenó a la flota regresar a Santander,
capturando en el trayecto 4 naves inglesas.
Esta victoria fue decisiva para el Reino
de Castilla, pues le dará el control absoluto del Canal de la Mancha
y con ello el dominio de las rutas comerciales, sobre todo con
Flandes.
Castilla se consolidó como primera
potencia naval en el Atlántico, otorgando así mayores posibilidades
mercantiles a sus marinos, fundamentalmente vascos y cántabros.
El comercio de lana entre Inglaterra y
Flandes se había interrumpido a causa de la guerra, y ahora será
Castilla la que sustituya en esta actividad a la derrotada
Inglaterra.
Los ingresos obtenidos de las
exportaciones, propiciaron un auge económico castellano, y Burgos se
convirtió en una las ciudades más importantes de Europa Occidental.
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