lunes, 8 de junio de 2020

La invasión vikinga de Inglaterra

Tal día como hoy 8 de junio del año 793: en Northumbria, los vikingos atacan la abadía de Lindisfarne, hecho comúnmente aceptado como el inicio de la invasión escandinava de Inglaterra.

El ataque vikingo al monasterio de Lindisfarne, siempre ha sido considerado como el momento inicial de la Era Vikinga. Se trataba de un pequeño territorio insular perteneciente al reino de Northumbria, en el norte del actual Reino Unido.

La expansión de los vikingos no puede entenderse sin Inglaterra. No sabemos con certeza por qué aquellas tierras fueron tan importantes para los vikingos. La cercanía y la fuerte oleada de migración germana probablemente haya tenido mucho que ver.

Pero sea como fuere, los contactos vikingos con las Islas Británicas comenzaron mucho antes de aquel ataque. Ya a principios del siglo VII, existe constancia de incursiones vikingas en las islas Shetland, las Orcadas y las Hébridas. Pero quizás el principal precedente lo encontramos a finales del siglo VIII.

Los relatos narran que tres barcos vikingos alcanzaron la bahía de Portland en el año 787. Según relatan las crónicas de la época, aquello fue una expedición comercial truncada que terminó en masacre.

Se cree que la facilidad que encontraron en Portland les animó a afrontar los siguientes desembarcos. A partir de entonces, los vikingos comenzaron a colonizar y asentarse en el territorio británico. Con el tiempo llegarían a gobernar, en vastas extensiones de Inglaterra.

El monasterio de Lindisfarne, fue fundado por San Aidan en el año 651 d.C. Este monje irlandés llegó a la isla en el 636 y su misión era evangelizar los territorios del norte de Inglaterra. La ubicación del monasterio en aquella isla no fue casual, ya que proporcionaba el recogimiento y el aislamiento que los monjes andaban buscando.

Con el paso de los años, este monasterio fue consolidándose como una de las bases de operaciones más poderosas del cristianismo en las tierras del norte. Prueba de ello fue el flujo constante de monjes, comprometidos con la evangelización del territorio. Por otra parte, los famosos Evangelios de Lindisfarne del siglo VIII salen de su escritorio.

Pero para poder valorar la tremenda importancia de aquel enclave, cabe destacar la figura de San Cutberto. Según las crónicas, este monje obró diversos milagros durante el siglo VII. Los restos del santo reposaban en el monasterio y eran una fuente de peregrinación. Las reliquias de San Cutberto tuvieron que ser trasladados tras la invasión de los vikingos a la Catedral de Durham.

Se tiene constancia de que el día 8 del mes de Junio del año 793, los vikingos alcanzaron la costa del Lindisfarne. Los escandinavos saquearon tanto los poblados como el propio monasterio. No sólo profanaron los restos de San Cutberto, sino que acabaron con la vida de todos los monjes que encontraron. Según cuentan las crónicas anglosajonas, aquel año cayeron “maldiciones funestas” sobre Northumbria: tempestades, vendavales y rayos, que fueron seguidos de un periodo de gran hambruna. Todo ello tuvo como colofón la invasión vikinga el 8 de Junio.

El saqueo vikingo de Lindisfarne causó una tremenda turbación para la cristiandad. Sumidos en guerras internas, los reinos cristianos asistieron con pavor al inicio de la Era Vikinga. En los años posteriores, los ataques se intensificarían.

Con el saqueo de Lindisfarne quedaba inaugurada una nueva era en Europa, con las expediciones de estos expertos marinos por todo el Atlántico y por el Mar Mediterráneo.


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