martes, 15 de enero de 2019

Antonio Redondo, víctima de los campos de exterminio nazis

Tal día como hoy 14 de enero de 1942, Antonio Redondo Arenas, combatiente antifascista nacido en Tharsis -Huelva - es gaseado por los nazis en el campo de exterminio de Gusen.

Antonio Redondo, fue un combatiente republicano, miembro de una familia minera de cinco hermanos, que pronto tuvieron que trabajar para sacar adelante la casa, ya que el jornal era escaso y muchas las bocas que alimentar.

Tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936, Tharsis continuó fiel a la república, ya que en la localidad apenas había militantes de partidos de derechas o falangistas y las fuerzas de seguridad se mantuvieron temporalmente fieles a la República.

Sin embargo, la ira revolucionaria de los primeros días, se descargó en especial contra la Iglesia Católica y un grupo de hombres prendió fuego a la parroquia del pueblo, suceso en el que al parecer estuvo implicado Antonio, aunque en estos tumultos, no fue asesinado nadie, repitiéndose hechos similares en Alosno, donde quemaron la iglesia parroquial y la finca de un latifundista, aunque tampoco allí fue asesinado- al parecer – ninguna persona.

A finales de julio de 1936, falangistas armados y Guardia Civil, se hicieron con el control del pueblo, tras una lucha donde los mineros fueron derrotados, siendo detenidos gran número de ellos los cuales fueron fusilados, comenzando una feroz represión, en la que colaboró el párroco de la localidad, que entregó una lista de nombres de revolucionarios.

Antonio pudo escapar de la matanza, logrando alcanzar la zona republicana y llegar a Madrid, donde se alistó el ejército regular, a las órdenes de “El Campesino" luchando en el frente del Jarama y, como sucede siempre en estos casos, su familia fue represaliada, al igual que sucedió con otras de fugitivos, haciendoles llegar alguna carta, por las que supieron que se había casado y tenía dos hijos.

Tras la derrota republicana en 1939, compartió el destino de los republicanos españoles, es decir la huida a Francia donde los franceses los internaron, en unas condiciones tan penosas que cientos de ellos murieron de hambre o enfermedades y, tras la invasión alemana, el gobierno francés integro´a muchos en batallones de trabajo o en la legión extranjera y Antonio vio en esa nueva lucha una continuación de la Guerra Española, tomando las armas para combatir a la Alemania hitleriana, que había ayudado al bando franquista.

Capturado por los alemanes, fue internado en el Stalag XII-D, campo de prisioneros de guerra, pero, como para los alemanes los combatientes republicanos, según la convención de Ginebra, no eran considerados prisioneros, pues no tenían nacionalidad ya que el gobierno franquista les había privado de ella, fue trasladado a campos de exterminio, junto con otros “enemigos del régimen", como judíos, gitanos u homosexuales.

Antonio entró en Mauthausen con el número de matrícula 4.335, vestido con un uniforme a rayas y un triángulo azul cosido a él con la letra “S", de “Spanien", y luego trasladado a Gusen, en donde finalmente fue asesinado en las cámara de gas, cuando acababa de cumplir 27 años, como tantos otros de sus compañeros.

En la década de los años 60, llegó a su familia una carta del gobierno alemán confirmando su muerte y al parecer les ofrecieron una cantidad de dinero como indemnización, que en modo alguno pudo compensar los sufrimientos que tuvo que padecer.

El 23 de septiembre del 2006, se rindió un homenaje en Tharsis, a Antonio Redondo y a todos los demás españoles asesinados por los nazis, en los campos de exterminio.

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