Tal día como hoy, 19 de enero de 1996, se hace público en Sevilla el "caso Arny" de prostitución de menores, en el que estaban implicados personajes de relevancia pública.
El caso Arny fue un escándalo, que tuvo lugar en nuestro país en 1995, en relación con el sumario del juicio por prostitución de menores, que se produjo en el desaparecido bar gay de Sevilla, llamado “Arny”.
Algunos consideraron, que el asunto se había convertido en una “caza de brujas” contra los homosexuales, ya que se implicó a gran cantidad de hombres, entre ellos varias personalidades públicas y al final la mayoría de acusados - treinta y dos de cuarenta y siete - resultaron absueltos.
La investigación policial se inició en febrero de 1995, por una denuncia de un menor de edad, que aseguró que fue inducido a la prostitución homosexual en el bar Arny, por lo que la policía estableció un dispositivo de vigilancia durante nueve meses, sin poder precisar si en el local entraban menores, pese a lo cual se inició en Sevilla un sumario, que alcanzó a 59 hombres, cuyos nombres fueron publicados en los medios de comunicación, violándose así el derecho al honor y la presunción de inocencia de los acusados, muchos de los que luego resultarían luego inocentes.
El escándalo fue gigantesco y, en octubre, se inició la vista oral de juicio, imputando finalmente a a 49 hombres entre los que se se encontraban personajes muy conocidos, del público como el presentador Jesús Vázquez, el cantante Javier Gurruchaga, el humorista Jorge Cadaval, el juez de menores Manuel Rico Lara, y el marqués de Sotohermoso, Ramón de Carranza.
La mayoría de ellos, fueron acusados basándose solo en las declaraciones de menores, de entre 14 y 17 años, que se prostituían en la ciudad de forma asidua, aunque durante el juicio algunos de ellos se retractaron, exculpando a varios de los acusados, con la excusa de que fueron presionados por la policía y la fiscalía en sus declaraciones para presentar las denuncias, advirtiéndose también numerosas contradicciones y manifiesta animadversión por algunos, hacia el juez de menores al que acusaban.
Todos los acusados se declararon inocentes, aduciendo que no habían mantenido relaciones con ningún menor, otros que pensaron que estos eran adultos, y otros, por último, que ni siquiera habían ido al bar, lo cual se confirmó en varios casos.
Tras cinco meses se dictó sentencia, donde la mayoría de acusados resultaron absueltos y dieciséis condenados de los que solo ingresaron en prisión dos, con 33 y 18 años de cárcel respectivamente, mientras que entre los famosos solo resultó condenado a un año de prisión, Ramón de Carranza, marqués de Sotohermoso.
Todo el juicio estuvo rodeado de polémica, sobre que se trataba de un proceso contra la homosexualidad, o que se había montado para tapar el tema de los GAL y la financiación ilegal del partido del gobierno, mientras las defensas alegaron vulneración de derechos fundamentales y la existencia de “un juicio paralelo” por parte de los medios de comunicación, violándose sistemáticamente la presunción de inocencia, el secreto de sumario y el derecho al honor.
Algunos de los afectados, que eran homosexuales declarados, manifestaron que fue un intento de los reaccionarios de aplastar lo inevitable, ya que el daño moral sufrido, al margen de su inocencia o culpabilidad fue enorme, entendiendo que se había producido un descrédito contra sus personas, que afectó negativamente, no solo a su imagen, sino a sus relaciones profesionales, ocasionándoles grandes perdidas económicas.
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