Tal día como hoy 26 de enero 1974, el Consejo de Ministros restablece el tradicional calendario universitario, tras anular la disposición del ex ministro Julio Rodríguez que obligaba a comenzar los cursos en enero.
Durante el régimen de Franco, se sucedieron numerosas anécdotas y hechos insólitos, pero ninguno tan extraño como el haber sido nombrado un ministro, algunos dicen por error, aunque otros sostienen que fue un nombramiento deliberado y de forma consciente.
Sea como fuere, el caso es que, Julio Rodríguez Martínez, ejerció la cartera de Educación y Ciencia de junio de 1973 a enero de 1974, en que fue destituido, un periodo corto, pero suficiente para que alcanzase notoriedad por sus sorprendentes y polémicas decisiones, como por ejemplo, el haber cambiado el calendario escolar haciéndolo coincidir con el año natural, lo que provocó un caos académico aquel año en España.
Según se dice, su nombramiento surgió, al comentar Carrero Blanco a Franco, cuando estaba formando el Gobierno del que este lo había nombrado Presidente, que le faltaba solo por cubrir el Ministerio de Educación.
Al parecer, el Caudillo le sugirió que tal vez debía nombrar a "ese rector de la universidad madrileña que era tan inteligente", aunque por lo visto, Franco hacia alusión a un determinado filósofo, entendiendo Carrero en cambio, que se refería al titular de otra universidad madrileña y por eso llamó a su rector Julio Rodríguez.
Carrero, quedó al parecer, impresionado por su currículo, aunque hay quien sostiene que el almirante solo hizo caso a la sugerencia de Franco sin mirar nada más, y procedió a efectuar su nombramiento, de forma que cuando se detectó finalmente el error, era ya demasiado tarde, pues había sido publicado oficialmente su nombramiento y la prensa diaria reproducía la fotografía del flamante ministro celebrando el nombramiento en familia.
Rodríguez tenia un brillante expediente pues era doctor en Ciencias y en Farmacia por la Universidad de Madrid, catedrático de Cristalografía y Mineralogía en la Universidad Autónoma de Madrid, de la que también fue rector y era miembro del Opus Dei, motivo principal de su nombramiento, además de sus indudables méritos culturales.
La reforma en la enseñanza, establecía el comienzo del curso el 7 de enero de cada año, finalizando a finales del mes de diciembre, poniéndose en práctica el cambio ese mismo año, para el primer curso de todas las universidades españolas, lo cual implicó que el curso, que debía empezar en octubre de 1973 empezara en enero de 1974, con lo que los estudiantes afectados por la reforma, tuvieron aquel año, un total de seis meses de vacaciones seguidas.
La medida, que al parecer fue sometida antes de su implantación a la junta de rectores donde fue aprobada, produjo sin embargo el rechazo de la comunidad universitaria y de la administración de la época, de manera que ante la inestabilidad y protesta estudiantil, la Orden Ministerial que implantaba el cambio fue derogada por su sucesor en el cargo, volviendo todas las facultades universitarias españolas a recuperar el calendario ordinario al curso siguiente.
El ministro, vinculado a la extrema derecha de Blas Piñar, con el que participó en alguno de sus actos, era totalmente afecto a la persona de Carrero Blanco y tras el asesinato del almirante, fue cesado con motivo de la constitución del nuevo gobierno de Arias Navarro.
Su reforma, que igualaba el año natural con el año académico, en tono humorístico fue denominada “Calendario juliano” y cuentan de él que, tras la muerte de Carrero se presentó en la Dirección General de Seguridad pidiendo "un puesto en la milicia que estaba seguro se iba a organizar para vengar el asesinato por parte de ETA".
Son esas cosas que suceden de vez en cuando en España y las que, al final, para bien o para mal la hacen tan singular.
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