miércoles, 16 de enero de 2019

El Caso Scala Barcelona

Tal día como hoy, 15 de enero de 1978, se produce un atentado en la sala de fiestas Scala Barcelona, que causa 4 muertos y un incendio, que destruye el inmueble.

Durante la mañana del domingo 15 de enero, se celebró en Barcelona una manifestación convocada por la CNT, a la que asistieron unas 15.000 personas, en protesta por los Pactos de la Moncloa, y una vez acabada, un grupo de jóvenes lanzó diversos cócteles molotov contra la fachada de piedra de la sala de fiestas Scala Barcelona, lo cual - según la policía- provocó el incendio y posterior derrumbamiento de todo el edificio, así como la muerte de cuatro trabajadores, paradójicamente afiliados a la CNT, que se encontraban en el local.

La sala, era muy popular entonces por la celebración de un espectáculo de variedades que era emitido en directo por RTVE, especulándose sobre la autoría del ataque, que se achacó a delincuentes comunes; asuntos relacionados con la sala de fiestas e incluso con una campaña a favor de la libertad de expresión de Albert Boadella, pero desencadenó una operación policial que inculpó a un grupo de afiliados a la CNT, con la ayuda de un anarquista que era un infiltrado de la policía; Joaquín Gambín, alias “el Grillo”, el cual desapareció tras el incendio, iniciándose un largo proceso judicial que supuso la desactivación del movimiento obrero en la transición española.

Según algunos analista y la propia organización anarquista, una vez firmados los “Pactos de la Moncloa” en 1977 por todos los sindicatos excepto la CNT, se inició una campaña de descrédito contra la organización y para ello se estableció un montaje policial y un proceso judicial, repleto de irregularidades que provocó una grave crisis en el movimiento libertario.

Un periódico de la CNT francés, publicó en Toulouse la implicación de colaboradores de la policía como autores, infiltrados justo antes del hecho, advirtiendo que materiales incendiarios fueron colocados antes de la manifestación, pues era imposible que simples cócteles molotov lanzados contra la fachada de piedra puedan destruir un edificio.

La vista del “Caso Scala” se celebró en diciembre de 1980 y la defensa apuntó hacia un montaje policial orquestado mediante infiltrados en la CNT, con el objetivo de desacreditar al sindicato, pero la sentencia condenó a dos de los acusados a 17 años de prisión y penas menores al resto, sin que prosperase el recurso presentado por los abogados defensores ante el Tribunal Supremo.

Sin embargo, con el tiempo se fue descubriendo el papel decisivo del confidente de la policía, y la presión de la prensa, forzó que a finales de 1981, Gambín fuera detenido tras un tiroteo en Valencia, por lo que El Caso Scala volvió a abrirse.

No obstante la ciudadanía, debido a la continua violencia política existente, entendió que la CNT podía ser una organización terrorista y se criminalizó al sindicato y a todo el movimiento libertario, que registró una baja masiva de afiliados, causando en breve tiempo la crisis del movimiento anarquista.

En la segunda vista del Caso Scala Barcelona, en diciembre de 1983, la sentencia condenó al confidente Gambín a 7 años de prisión, mientras la CNT presentaba el asunto como una maniobra oscura del gobierno dirigida a frenar el ascenso del sindicato anarquista.

Como resultado de todo, se creó un ambiente de inseguridad en gran parte de la afiliación, mientras la creencia de la implicación de la CNT en el atentado se afianzó en la opinión pública, provocando un deterioro en la imagen de la organización y de los anarquistas en general, por lo que ser libertario se convirtió en algo impopular por parte de los medios de comunicación, y según la policía, altamente peligroso.

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