domingo, 17 de marzo de 2019

El final de la herejía Cátara

Tal día como hoy 17 de marzo de 1244, los cruzados se retiran de la destruida fortaleza de  Montsegur - Francia-, último reducto cataró, tras haber quemado en la hoguera el día anterior, a 210 herejes cátaros.

El catarismo fue un movimiento religioso de carácter gnóstico que se propagó por Europa Occidental a mediados del siglo X, logrando arraigar entre los habitantes del Mediodía francés, con la protección de algunos señores feudales.

Esta doctrina, afirmaba la existencia de una dualidad creadora - Dios y Satanás - y predicaba la salvación mediante el ascetismo y el rechazo del mundo material, como una obra demoníaca.

La Iglesia Católica consideró sus doctrinas heréticas y frente a su creciente influencia, invocó el apoyo de la corona de Francia, para lograr su erradicación mediante la “Cruzada albigense”.

Como consecuencia de esta cruzada - ordenada por el Papa Inocencio III - la ciudadela cátara de Montsegur fue asediada por las tropas del arzobispo de Narbona, en mayo de 1243 y tomada después de un largo asedio.

Pese a su aplastante superioridad numérica y a sus máquinas de guerra,  no se logró doblegar la resistencia de  la fortaleza  hasta casi un año después, cuando los cátaros empezaron a flaquear al irse quedando sin agua ni provisiones, además de haber sufrido innumerables bajas en la lucha y por todo tipo de enfermedades.

Se calcula que podría haber en la pequeña población unas 500 personas, incluyendo defensores, sus familias y unos 200 creyentes Cátaros entre los que se encontraban refugiados, los denominados, “perfectos y perfectas”.

En la mañana del día 16 de marzo de 1244, una gigantesca hoguera se elevó a los pies del castillo y unas 210 personas, hombres y mujeres, que se negaron a abjurar del catarismo, fueron quemados vivos en ella.

Hoy el lugar es recordado con una lápida como el “Camp des Cremats” - campo de los quemados - que recuerda a los inmolados con el epitafio: “Als Catars, als martirs del pur amor crestian. 16 mars 1244”. - A los Cátaros, a los mártires del puro amor cristiano -.

Perseguidos por la Inquisición y abandonados por los nobles, los Cátaros se hicieron más y más escasos, refugiándose en los bosques y reuniéndose sólo a escondidas.

Aunque el pueblo hizo algunos intentos de liberarse del yugo francés y de la Inquisición, iniciando revueltas al principio del siglo XIV, la secta estaba ya exhausta y no pudo encontrar nuevos adeptos.

Aunque fue un periodo corto de la historia, no dejan de ser interesantes los acontecimientos que sucedieron y existen numerosas rutas y castillos de los Cátaros para recorrer la historia en directo a pie de castillo, recordando los apasionantes momentos que vivieron los Cátaros en un momento histórico de Europa interesante y fascinante.

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