Tal día como hoy 31 de marzo de 1889, se inauguró la Torre Eiffel, obra de Gustave Eiffel, un ingeniero de puentes, monumento que se hizo para el centenario de la Revolución francesa y se eligió en lugar de otros cien planes que se presentaron.
Poco después de la una de la tarde del domingo 31 de marzo de 1889 el ingeniero francés Gustave Eiffel subió los 1.710 escalones de la torre bautizada con su nombre, para colocar en su parte más alta una bandera francesa e inaugurar, entre salvas, el edificio que terminaría convirtiéndose en el más famoso de Francia.
Inicialmente, Eiffel había presentado su proyecto de torre a los responsables del Ayuntamiento de Barcelona, para que se construyera en esa ciudad española con motivo de la Exposición Universal que se celebraría en 1888; pero a los responsables del ayuntamiento barcelonés les pareció una construcción extraña y cara, que no encajaría en la ciudad y rechazaron el proyecto, lo que indica la gran visión de los responsables del ayuntamiento barcelonés.
Tras la negativa de Barcelona, Eiffel, presentó su proyecto a los responsables de la Exposición Universal de París, para que sirviera como arco de entrada y centro de atención de la exposición, los cuales, aceptaron construirla, aunque sin mucho entusiasmo, y únicamente , con el carácter de una construcción temporal, por lo que se fijó el año de 1900 como la fecha límite para que fuera desmontada.
Apenas se conoció el proyecto de la torre, lejos de enamorar a los parisinos, tuvo un enorme rechazo social - otra muestra más de clarividencia, en este caso francesa -, suscitando una enorme controversia, no solo entre los artistas, sino también entre los propios vecinos pues la veían como un monstruo de hierro, siendo pocos los que defendían el proyecto y muchos los que manifestaban su rechazo.
Las obras se iniciaron el 28 de enero de 1887 y concluyeron dos años, dos meses y cinco días después, un plazo récord para la época, ya que levantar una torre de hierro forjado de 300 metros de altura suponía un gran desafío técnico por lo que se convirtió en uno de los principales atractivos de la Exposición y más tarde en símbolo de la ciudad. En su construcción participaron 250 obreros y fue abierta al público el 6 de mayo de ese año.
Tuvo una altura inicial de 300 metros y posteriormente, se montó en su cúspide una antena de radio, con la que su altura llegó a los 324 metros. El proyecto original contemplaba que la torre alcanzase los 350 metros de altura, pero los vecinos se alarmaron por la amenaza de que un edificio tan alto y construido sin apenas piedras pudiera caerse, y se manifestaron, provocando un cambio de planes. En su época, fue la estructura más alta del mundo, hasta el año de 1930 cuando fue superada por la torre Chrysler, de Nueva York, en 1930.
Sin embargo, sería el ejército francés quien acabaría por salvar la vida de la Torre Eiffel, ya que tras unas pruebas militares con equipos de transmisiones se llegó a la conclusión de que la torre era un lugar privilegiado para la instalación de antenas y equipos de radio y con ello, la Torre Eiffel ya tenía un uso práctico que justificaría su “amnistía” y pararía los proyectos de desmontaje y demolición.
Hoy día se le considera el símbolo indiscutible de Francia y de la ciudad de París en particular, siendo el monumento más visitado del mundo.
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