Tal día como hoy 24 de marzo de 2001, la estación espacial rusa “Mir” reingresa a la atmósfera terrestre y se destruye en miles de trozos, antes de tocar la superficie.
La Mir – paz - es el nombre de una famosa estación espacial originalmente soviética, que después de la desaparición de la URSS pasó a ser rusa.
Estaba diseñada para largos periodos de estancia de sus tripulantes en órbita alrededor de la Tierra, y fue lanzada el 20 de febrero de 1986 desde Baikonur, en Kazajstán, siendo la primera estación espacial de la historia, habitada de forma permanente.
Aunque estaba previsto que funcionara sólo 5 años, lo hizo durante 13 y fue accesible a astronautas de muchos países que, al principio, llegaban a bordo de la nave espacial Soyuz y, más tarde - gracias al programa espacial estadounidense - a bordo de una lanzadera espacial.
La Mir fue ensamblada en órbita, al conectar de forma sucesiva distintos módulos lanzados separadamente y situada entre los 300 y 400 kilómetros de la tierra, a la cual orbitaba cada dos horas.
Tras un incendio en febrero de 1997, la estación empezó a quedarse obsoleta con la consecuente cadena de fallos, no obstante Rusia decidió prolongar su vida y marcando el final de la época soviética de la estación espacial, el cosmonauta soviético Serguéi Krikaliov despegó hacia la Mir cuando todavía era soviético en la Soyuz TM-11, el 2 de diciembre de 1990.
Con un retraso de seis meses, o sea, diez meses después, aterrizó en un nuevo país, la CEI, el remanente político de la desintegrada Unión Soviética.
Finalmente, ante el cúmulo de problemas, se decidió descender la estación hacia las capas densas de la atmósfera, donde se desintegraría en su mayor parte y hundir sus restos en el océano Pacífico.
La caída controlada de la Mir precipitándose sobre el Pacífico, acabó con la vida de la primera estación espacial- vivienda de la historia.
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