Tal día como hoy 2 de marzo de 1924, se produce en Francia, el descubrimiento de las llamadas “Tablillas de Glozel”.
Estas Tablillas son uno de los misterios que han levantado más controversia y escepticismo en el campo de la arqueológico, desde que fueron descubiertas por Emile Fradin en las cercanías de la localidad de Glozel, en el departamento francés de Allier.
En Duranthon - rebautizado más tarde como “campo de los muertos” - un joven agricultor de 17 años, Emile y su abuelo, hicieron un descubrimiento que desencadenó una de las más violentas polémicas arqueológicas del siglo XX, porque situaba los orígenes de la escritura varios milenos antes.
Al roturar un terreno, uno de los bueyes cayó en un hoyo, en el interior del cual Emile encontró huesos humanos y pensado que allí habría un tesoro, excavó con pico y pala, encontrando urnas, vasos, hachas y tablillas grabadas, pero al no encontrar oro, volvió a taparlo y sembró la tierra.
Tiempo después, un médico Antonin Morlet, aficionado a la arqueología, investigó el descubrimiento y publicó un informe acerca del hallazgo, a partir del cual se inició una larga polémica sobre la veracidad y contenido del descubrimiento, defendiendo Morlet que eran de entre 5000 a 6000 a de C.
Los descubrimientos, se volvieron contradictorios y aparecieron grupos que defendían y negaban su autenticidad, mientras la comunidad científica consideró que eran un fraude y aún hoy no se ha comprobado este extremo.
Del descubrimiento se hizo cargo el Departamento de Inspección arqueológica del gobierno francés, que inició una larga pugna judicial en contra de Emile Fradin, a quién se le acusó de estafa y falsificación, pero este, debido a su formación de campesino, justificó su inocencia argumentando un total desconocimiento sobre la prehistoria.
Aún así, el médico Morlet siguió con las excavaciones hasta 1941, en que se aprobó una ley que prohíbe excavar en Francia sin autorización oficial.
El tema de las tablillas resultó en principio apasionante, sin embargo, el surgimiento histórico de la escritura, se produce en Mesopotamia, en el Valle de Eúfrates, unos 3000 años a.C. y lo hace como consecuencia de la existencia previa de núcleos mercantiles y políticos que precisaban de ella para organizarse.
Por tanto, parece impensable que en un lugar de Francia, donde no consta la existencia de núcleos así y por tanto la necesidad de la escritura, se descubran “escritos” nada menos que de 3000 años antes, que los mesopotámicos.
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