Este archipiélago, fueron las primeras islas habitadas que encontró la expedición después de cruzar el Estrecho de Magallanes, cuando hacía más de dos meses que navegaban por el Pacífico y la falta de alimentos empezaba a causar estragos entre los miembros de la tripulación.
El encuentro con los nativos nos puede aclarar por qué estas islas han sido conocidas tradicionalmente como “islas de los Ladrones”, y es que parece ser, que tenían costumbre de apropiarse de todo aquello que podían de las distintas expediciones que por allí pasaban.
Según los cronistas, sus embarcaciones eran una especie de catamarán, conectando el cuerpo principal de la nave a un tronco mediante travesaños y tales embarcaciones relativamente pequeñas pero muy veloces tenían suficiente espacio, para llevar varios hombres o mercancías.
El encuentro, narrado por el cronista de la expedición Antonio Pigafetta, fue el primer contacto entre europeos y habitantes de estas islas, siendo el primer occidental en escribir sobre ellos:
“El miércoles 6 de marzo descubrimos un islote al mistral y hacia el garbino, dos. De estas últimas, una era más alta y espaciosa. Quería atracar en ella el capitán general, por buscar de algún alimento fresco; pero no pudo, porque los naturales de dicha isla deslizábanse entre nuestras naos y robaban aquí una cosa, otra allá…, de forma que no la había para tenerlas seguras. Estábamos arriando velas para bajar a tierra cuando -con insólita rapidez- nos robaron el esquife amarrado a la popa de la nave capitana. Furioso por dicha fechoría, bajó a tierra el capitán general con cuarenta ballesteros; incendiaron cuarenta o cincuenta casa y muchas canoas, mataron a siete hombres y se recuperó el esquife. (…)”
La isla, en la que Magallanes desembarcó y de la que tomó posesión en nombre del rey de España, es la actual Guam y durante las siguientes décadas, varias expediciones españolas, como la de Legazpi y Urdaneta en 1565, pasaron por este archipiélago, pero no fue hasta el año 1667, cuando la corona hispana, las reclama de su propiedad.
Una vez pasan a ser españolas, son rebautizadas como "islas Marianas", aunque popularmente seguirán siendo conocidas como “islas de los Ladrones”. El cambio de nombre se debe, a que la reina Mariana de Austria, mujer de Felipe IV, concedió la ayuda necesaria para evangelizarlas.
Como posesión española, el dominio duró cerca de 230 años, hasta que tras la guerra hispano-estadounidense de 1898, España perdió sus posesiones en el Pacífico, pasando las Marianas, y entre ellas Guam, a manos de los Estados Unidos.
Un año más tarde las cedería a Alemania, que las perdería a manos de los japoneses en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, y estos a su vez, las perderían en 1945, en la Segunda Guerra Mundial, volviendo a pertenecer a los Estados Unidos.
En la actualidad, el archipiélago es dependiente de Estados Unidos y de las ayudas otorgadas por el gobierno norteamericano, siendo uno de los destinos predilectos de turistas y viajeros de otros países asiáticos, debido a sus playas paradisíacas.
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