domingo, 12 de junio de 2016

El extravagante emperador centro africano Bokassa I

Tal día como hoy el 12 de junio de 1987  en la República Centroafricana es condenado a muerte  Jean-Bédel Bokassa, mas conocido como “Emperador Bokassa I”.

La singular peripecia de este rocambolesco personaje, parece extraída de una novela de otro tiempo. Hijo de un líder tribal, se unió durante la Segunda Guerra Mundial a las Fuerzas Francesas Libres  y en 1964 al ejército Centroafricano donde ascendió a coronel.

En 1966, tras un golpe de estado, asumió el poder como presidente que ejerció de manera despótica mediante decretos, pero en 1976, decidió adoptar el modelo de gobierno libio y para ello se convirtió al Islam, cambiando su nombre por el de “Salah Eddine Ahmed Bokassa”, aunque poco después volvió a cambiarlo de república a monarquía, declarando la creación del “Imperio Centroafricano”.

Buscando un acercamiento a occidente se convirtió al catolicismo, y se coronó a sí mismo como “Emperador Bokassa I” en una fastuosa y costosísima ceremonia, copiada  del emperador Napoleón Bonaparte y aunque no hubo en el acto presencia de delegaciones extranjeras, si un representante especial de la Santa Sede.

El nuevo imperio, era una monarquía absoluta pero Francia continuó apoyándole y el presidente  Giscard d'Estaing - amigo personal del emperador - le facilitó ayuda económica y militar.

Uno de los pocos reconocimientos internacionales recibidos por Bokassa fue el de Argentina, siendo recibido con honores de jefe de estado por el dictador Jorge Videla.

En 1979, después de una masacre de civiles donde se produjeron alrededor de 100 muertos, se divulgó el rumor de que Bokassa participó en la matanza e incluso había comido algunos de sus cuerpos, por lo que Francia dio fin al singular imperio propiciando un golpe de estado el 20 de septiembre de 1979.

Bokassa no cesó en su idea de recuperar el poder y tras exiliarse en Francia, volvió  en 1986, siendo detenido y juzgado por traición; asesinato; canibalismo y condenado a muerte el 12 de junio de 1987, aunque la sentencia fue conmutada a cadena perpetua, más tarde reducida a veinte años y por último amnistiada en 1993.

El llamado “emperador caníbal” murió de un ataque cardíaco tres años después.

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