Tal día como hoy, 26 de diciembre de 1489, los Reyes Católicos reconquistaban la ciudad de Almería.
La toma de Almería no fue nada facil, pues, hubo varios intentos fallidos. A principios del S. XII las tropas del Rey Alfonso VII de León, consiguieron tomar la ciudad pero esta permaneció en manos cristianas, solo durante diez años.
Los Reyes Católicos, también lo intentaron en 1488 sin derramar una sola gota de sangre, únicamente realizando importantes donaciones al valí de Almería, Yahía Al-Nayar.
La capitulación de la ciudad, estaba asegurada con el gobernador de Almería pero "El Zagal’" el penúltimo Emir de Granada, descubrió la traición a tiempo, se puso al frente de la ciudad, cerró las puertas y reforzó las defensas. Ante este hecho las tropas cristianas, optaron por la retirada.
Tras el fallido intento de conquistar Almería, los Reyes Católicos cambiaron de estrategia y centraron sus esfuerzos, en los frentes del interior de Granada. De esta forma, un año después, cercaron Baza, localidad que capituló a principios de diciembre de 1489.
Al caer Baza, los Reyes Católicos consiguieron pactar con El Zagal, la rendición de Guadix y Almería sin derramamiento de sangre. La rendición de Almería se produjo el 21 de diciembre de 1489 cuando El Zagal, hizo entrega de las llaves de la ciudad a Fernando el Católico.
El monarca aragonés, no hizo su entrada triunfal en la ciudad de Almería hasta el 23 de diciembre. Su esposa Isabel "la Católica’" lo hacía un día después. Días antes -el 10 de dicho mes- se firmaron en Baza las Capitulaciones de Almería, en las que se fijaron las condiciones de la rendición.
Los Reyes Católicos pasaron el día de Navidad de 1489, en Almería y un día después, el 26 de diciembre de 1489, asistieron a una misa solemne, en la mezquita de la Alcazaba.
La misa fue oficiada por Juan de Ortega, predicador de los Reyes y primer obispo de la Diócesis y en lo más alto del muro de la Alcazaba “llamado de la Vela” se pendió y ondeó el Pendón, -escudo que trajeron- que hizo oficial la conquista y la toma de Almería.
Tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, Almería vivió siglos de paupérrima prosperidad. De hecho, se considera, el siglo XVI como el siglo del retroceso y abandono de la ciudad y la provincia.
Fueron varios los factores que influyeron en esto; en primer lugar, Almería estaba apartada de cualquier ruta comercial americana, y vio pasar de largo todas las riquezas provenientes del nuevo continente, y la actividad que trajeron consigo.
Por otro lado, se prodigaron en estos cien años, tanto los terremotos como los ataques de los piratas berberiscos y turcos como Barbarroja - y en el siglo XVII, les sucederían, los de la armada Inglesa.
Los primeros, mermaron la población y los segundos la aterrorizaron y obligaron a desplazarse, hacia el interior.
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