Tal día como hoy 5 de julio de 1941, la llamada “División Azul” española parte hacia el frente ruso para apoyar a las tropas alemanas.
La División de Voluntarios españoles, más conocida como la División Azul, fue una unidad que sirvió a Hitler entre 1941 y 1943 en el ejército alemán, durante la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que la dictadura franquista no intervino oficialmente en la guerra mundial, el dictador envió voluntarios para que se unieran a la Wehrmacht, de modo que podía mantener su neutralidad mientras compensaba a Hitler por la ayuda en la Guerra Civil.
A tal efecto se creó un cuerpo militar, alcanzando efectivos suficientes para formar una división con unos 18.000 hombres y envió una oferta oficial de ayuda a Berlín que Hitler aceptó en junio de 1941.
Hubo desde quien se alistó por no haber podido participar en la Guerra Civil, como el poeta falangista Dionisio Ridruejo, hasta represaliados políticos por el régimen, como el actor Luis Ciges, que lo hizo como solución a la marginación social y miseria económica de su familia, y donde conoció a Luis García Berlanga, divisionario con él.
Los oficiales eran militares de carrera de ideas falangistas y los soldados, agricultores, obreros y estudiantes de distintas universidades, saliendo de España con uniformes españoles, pero al llegar a Alemania y recibir el uniforme alemán, los falangistas se negaron a dejar la camisa azul, que desde entonces llevaron en sustitución de la alemana, debido a lo cual la división se empezó a conocer como “División Azul”.
El 5 de julio de 1941 se concentraron en Madrid y el día 13 salió el primer tren de divisionarios rumbo a Alemania, donde se transformarían en la 250 División de Infantería de la Wehrmacht, desplegada en el Sitio de Leningrado, donde sufrió fuertes pérdidas tanto en combates como por el frío.
Después de la retirada alemana de Stalingrado, los Aliados comenzaron a ejercer presiones sobre Franco para que ordenase la vuelta de los divisionarios a España, concluyendo con una orden de repatriación en octubre de 1943.
Tras la disolución de la División, unos 2.500 hombres se negaron a ser repatriados, incorporándose a otras unidades alemanas, principalmente de las Waffen-SS, que fueron denominadas “Legión Azul”, algunos de los cuales lucharon hasta los últimos días de la guerra, en la Batalla de Berlín.
También existió la “Escuadrilla Azul”, formada por pilotos españoles voluntarios a la que fueron acreditados 156 derribos de aviones soviéticos con 19 muertos y desaparecidos en combate, dos prisioneros y varios heridos.
Un total, de 46.000 hombres sirvieron en la División Azul, sufriendo 4.954 muertos, 8.700 heridos, muchos de ellos mutilados y 372 fueron hechos prisioneros de guerra.
Sólo unos pocos, lograron sobrevivir a las privaciones y trabajos forzados, y mientras la mayor parte de prisioneros alemanes, italianos o de otras nacionalidades, fueron puestos en libertad en 5 años, la mayor parte de los españoles de la División Azul, hubieron de esperar 12 años, hasta que en 1954 llegaron los 220 sobrevivientes a Barcelona en el barco Semíramis, fletado por la Cruz Roja.
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