Tal día como hoy 29 de julio de 1525 en la costa caribeña de la actual Colombia, el conquistador español Rodrigo de Bastidas, acompañado de doscientos compatriotas y varios aborígenes curiosos, oficia la ceremonia y levanta el acta de fundación de la ciudad de Santa Marta, primera urbe que perdurará en Suramérica y punto de partida para la colonización de los territorios colombianos.
Rodrigo de Bastidas fue un adelantado y conquistador español que descubrió el litoral atlántico colombiano, desde la península de La Guajira hasta el golfo de Urabá, el istmo de Panamá y el río Magdalena.
Vivió en Triana – Sevilla - y participó en el segundo viaje de Colón en 1493 y en 1501 recorrió parcialmente la costa de las actuales Panamá y Colombia.
En 1500, se le concedió a Bastidas licencia para descubrir islas o tierras que no fueron visitadas por Colón u otros navegantes, así como las no pertenecientes a Portugal.
En octubre de 1501, junto con Juan De La Cosa, zarpó de Cádiz, siguiendo la ruta de Alonso de Ojeda y después de haber recorrido el litoral de la actual Venezuela, descubrió la desembocadura del río Magdalena, el golfo de Urabá y las costas panameñas
Sin embargo, al tener las naves en muy mal estado, debío regresar a la isla La Española, en donde estaba la principal base de operaciones de los españoles, pero una de sus naves naufragó, aunque logró salvar parte de su carga, en mayor parte de oro.
En esta isla fue acusado de negociación ilegal con los indígenas y fue procesado en 1502, aunque declarado inocente de los cargos y una vez pagados los derechos, los Reyes Católicos le otorgaron el cobro de una renta anual sobre la producción de la provincia de Urabá y Zenú.
En 1525, fundó la ciudad de Santa Marta, una de las primeras ciudades continentales de América que aún existe donde encontró algunas minas de oro que despertaron la codicia de sus huestes.
Ante la negativa de repartir las riquezas, su propio lugarteniente, dirigió una conspiración contra Bastidas que casi le cuesta la vida resultando herido en un atentado, y el 28 de julio de 1527, falleció en Santiago de Cuba y sus restos fueron enterrados en la catedral de esa ciudad.
Tras la violencia de la muerte de Bastidas, hubo varios gobiernos interinos, hasta que el 20 de diciembre de 1527 en que la situación era crítica tanto por la belicosidad de los indios como por las rivalidades entre los propios españoles que provocaron la muerte de Bastidas.
La Corona decidió asignar al nuevo gobernador poderes excepcionales para restablecer el orden en la demarcación y Pedro de Heredia fue nombrado para dicha gobernación.
Bastidas tuvo un hijo, quien fue obispo de Venezuela y Puerto Rico el cual exhumo sus restos y los llevó a Santo Domingo, donde fueron enterrados en la Catedral de Santa María la Menor, la más antigua de América, junto a su esposa y su hijo.
A mediados del siglo XX los restos fueron trasladados a Santa Marta por petición del gobierno local y reposan en la catedral de la ciudad.
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