Luis Roldán es un ex-político que pertenecía al Partido Socialista Obrero Español desde 1976, en cuyo partido llevó a cabo una larga carrera política, destacando entre otros cargos, el de director general de la Guardia Civil, siendo el primer civil que ocupaba el cargo en este cuerpo militar.
Cuando se hallaba en el puesto, fue implicado en un caso de corrupción por el periódico Diario 16 que publicó el aumento desmesurado de su patrimonio, a resultas de lo cual tuvo que dimitir a finales de 1993.
Entre otras irregularidades, se destacó la adquisición de munición destinada a la Guardia Civil a una empresa filipina, en la que desde el primer momento se apreciaron defectos de fabricación, que llevaron a tener que desecharla en su totalidad, resultando numerosos guardias heridos en ejercicios de tiro de entrenamiento.
Al iniciarse las diligencias judiciales por sus actividades, Roldán se fugó de España en abril de 1994, y dado que el ministerio de interior se había hecho responsable de su vigilancia, el ministro se vio forzado a presentar su dimisión inmediata.
En 1995 se entregó en el aeropuerto de Bangkok siendo detenido por policías españoles el 27 de febrero, en una entrega poco clara aunque antes de entregarse pactó que sólo podría ser juzgado por los delitos de cohecho y malversación, aunque pronto se dio cuenta de que era un engaño.
Entre 1996 y 1998 fue juzgado por la Audiencia de Madrid y condenado a 28 años de cárcel, quedando demostrado que se apropió de 435 millones de pesetas de los fondos reservados y 1.800 millones en comisiones, siendo también condenados su ex esposa por encubrimiento y delito contra la Hacienda pública y un testaferro, siendo aumentada la sentencia por el Tribunal Supremo a 31 años de cárcel.
La Audiencia de Madrid desde el 2005 le permitió salir de la cárcel para trabajar y en 2008, acudió a una entrevista televisiva en directo, pero no aportó datos relevantes sobre todo lo acontecido.
La Justicia han logrado recuperar por la vía civil algo más de millón y medios de euros, de cuentas corrientes y tras subastar algunas de sus propiedades en España, pero la mayor parte de su patrimonio, cifrado en unos diez millones de euros de entonces, se encuentra escondido.
Tras quince años, en marzo de 2010 salió de prisión y quedó libre, pero no devolvió lo robado y aunque él sostiene no tener ya ningún dinero, salvo su pensión, muchos piensan que eso no es así.
En tanto en cuanto los beneficios penitenciarios, que rebajan considerablemente la duración de la condena, no se condicionen a la devolución de lo sustraído -o su mayor parte- siempre habrá desvergonzados que consideren rentable, en caso de que los pillen, soportar unos años de prisión para disfrutar de su botín el resto de su vida.
ResponderEliminarSolo hace falta voluntad política. Con copiar el modelo norteamericano es suficiente. Allí los delitos de guante blanco (fiscales, bancarrotas fraudulentas, alteración de cuentas, estafas, etc.) encierran de por vida. El botín lo disfrutan solo los herederos
ResponderEliminarAquí tenemos una pequeña gran muestra, de los primeros destellos de la corrupción. Hay que tener en cuenta que cuyos destellos no aparecen a las primeras de cambio y que todas las corrupciones producen destellos, ya que algunas corrupciones son premeditadamente tan opacas que ni con lentes especiales pueden apreciarse: Sólo cabe como valido la observancia de los cambios tan elevados existentes en algunas personas, y sospechar que dichos cambios imposible ser de los sueldos ganados por sus cargos ocupados.
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