Tal día como hoy 10 de mayo de 1984, el Tribunal Supremo confirma la pena de 53 años de cárcel para Rafael Escobedo, por el asesinato de los marqueses de Urquijo.
Rafael Escobedo “Rafi”, era miembro de una familia acomodada y fue, según la sentencia del Tribunal Supremo, el asesino y único condenado por el denominado “Crimen de los Marqueses de Urquijo”.
Contrajo matrimonio el 1978, con Miriam de la Sierra, hija de los Marqueses, contra la voluntad de estos y tras convivir, con graves desavenencias en el chalet de los suegros durante un tiempo, el matrimonio se trasladó a vivir a Madrid y al poco Miriam solicitó la nulidad eclesiástica del vínculo, pues estaba unida sentimentalmente a un ciudadano estadounidense desde el 1979.
El 31 de julio de 1980, los Marqueses fueron hallados muertos a tiros mientras dormían en su residencia, lo cual conmocionó a la sociedad española siendo Escobedo detenido como autor del crimen en abril de 1981 e ingresado en la cárcel de Carabanchel.
Al principio confesó su culpabilidad, pero durante el juicio se retractó, acusando del hecho al administrador de los fallecidos, en connivencia con Miriam de la Sierra, pese a lo cual fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a 53 años de prisión, en concepto de autor de dos delitos de asesinato con premeditación y nocturnidad.
Tras su ingreso en el penal del Dueso en 1985, protagonizó una huelga de hambre y dos intentos de suicidio, mediante cortes en la muñeca y una sobredosis de heroína, hasta que por ultimo se ahorcó en su celda en 1988, con trozos de sábana atados a los barrotes de la ventana.
La autopsia determinó que fue un suicidio y aunque un análisis toxicológico reveló la presencia de cianuro en su cuerpo las dosis no parecían mortales, especulándose con la posibilidad de que fueran debidas el consumo de droga desde varios meses antes de su muerte, pues los traficantes usaban cianuro potásico para cortar las drogas.
Este descubrimiento, animó la hipótesis de que la muerte pudiera tratarse de un homicidio y que alguien suministró el veneno, que produjo una pérdida de conciencia a Escobedo y aprovechando la circunstancia le colgó de la sábana.
Eso lo dijo el abogado de Escobedo y lo afirmó un informe de dos médicos forenses, uno de los cuales dijo haber hecho su estudio con gran rigor, pero sin examinar las vísceras del fallecido, pues al no estar el estudio autorizado por la juez del caso y no hubo inhumación del cadáver.
Desde el propio asesinato de los Urquijo hasta la muerte de Escobedo, condenado por él, todo estuvo saturado de oscuridad, dudas, elucubraciones, cabos sueltos y en muchas ocasiones ausencia de explicaciones.
Tan sólo 14 días antes de su muerte, se emitió una entrevista del periodista Jesús Quintero en el programa “El perro verde”, en TVE en la que Escobedo, insistió en su inocencia y al final de la misma, hecha en la celda, Escobedo dijo: “¿Hasta cuándo aguantaré? Me quedo horas y horas mirando las rejas de la ventana en la celda y repitiéndome cuélgate, ahórcate, termina de una vez con todo eso. (...)”
Cuando dos semanas más tarde apareció muerto, quedaron abiertas todas las teorías y especulaciones, respecto a lo que sucedió en cada momento del caso.
Mucha tinta ha corrido sobre aquel crimen. Ya casi todo está aclarado, o casi. Parece seguro que Javier Anastasio era la persona que lo acompañaba aquella noche.
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