La esterilización forzosa, es considerada como un crimen de lesa humanidad o crimen de guerra y un delito grave de violencia sexual, reconocida como tal en el proceso de Núremberg por iniciativa de las naciones aliadas al final de la Segunda Guerra Mundial, en los que se sancionaron las responsabilidades de dirigentes, funcionarios y colaboradores del régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler.
La esterilización permanente e irreversible forzada, se realiza con fines de castigo con el objeto de impedir la reproducción de un segmento de la población que se considera portador de rasgos defectuosos - retrasados mentales, delincuentes - o de un grupo social definido por su raza, etnia, religión u otra característica que se desea limitar o eliminar.
El programa de esterilización bajo el régimen del Tercer Reich, fue aprobado por la Ley para la prevención de descendencia con enfermedades hereditarias y fue firmada por el mismo Hitler y más de 200 tribunales eugenésicos fueron creadas específicamente como resultado de esto.
Bajo el amparo de la ley se requirió a todos los doctores en el Reich, a reportar a sus pacientes que fueran retrasados mentales, enfermos mentales, epilépticos, ciegos, sordos o físicamente deformes, y se impuso una multa para cualquier paciente que no fuera denunciado.
Los individuos que padecían alcoholismo, también podían ser esterilizados y en todos los casos decidían si ordenaban o no realizar una operación de esterilización al individuo, usando la fuerza si es que era necesario.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, más de 400.000 individuos fueron esterilizados, la mayoría de ellos durante los primeros cuatro años después de haber sido promulgada.
Los nazis tuvieron muchas otras políticas raciales inspiradas en la eugenesia, incluyendo su programa de "eutanasia" por el cual alrededor de 70.000 personas internadas en una institución o que padecían de defectos de nacimiento fueron asesinadas.
Hitler había leído algunos escritos sobre higiene racial y consideró que Alemania sólo podía ser fuerte de nuevo, si el Estado aplicaba a la sociedad alemana los principios básicos de la higiene racial y la eugenesia.
Los conceptos de las ideas racistas de competencia que fundamentaron el darwinismo social fueron discutidos por científicos europeos y también en la prensa vienesa durante la década de 1920, pero la forma exacta como Hitler recogió estas ideas es incierta.
Hitler elogiaba a la antigua Esparta porque la consideraba el primer estado del mundo en donde se aplicaron los tratamiento eugenésico a los niños deformes, a los que se eliminaba al nacer.
La soberbia nazi, basada en la pureza -ilusoria- de la raza, contraria a la tradición del pensamiento europeo defensor del respeto por el hombre individualmente considerado, les llevó a cometer los horrendos crímenes por lo que serán recordados y eliminados de la sociedad como opción política.
ResponderEliminarConfiemos en que esta trágica lección de la Historia sirva para mantener la atención y saber detectar movimientos socio-políticos que prometen escenarios paradisíacos para terminar en un infierno totalitario.